Universos Para Lelos
En estos momentos se representa en el Teatro Español de Madrid la obra “Los universos paralelos”, escrita por David Lindsay-Abaire. Una historia en la que los componentes de una familia deben enfrentarse a una dolorosa pérdida. David es un escritor norteamericano, nacido en 1969, de reconocido prestigio como autor teatral con un Premio Pulitzer. El año pasado se representó en España su obra “Buena Gente”, que obtuvo uno de los premios más prestigiosos en Norteamérica. Es un autor que también participa en guiones cinematográficos. Algunas de las películas más conocidas son: Los Secretos del Corazón (2010). OZ: un mundo de fantasía (2013). El origen de los guardianes (2012). Posterguéis, juegos diabólicos (2015). Corazón de tinta (2008).
Los universos paralelos presenta a una pareja de clase media que debe reconducir su existencia después de sufrir la muerte de su hijo pequeño. En sólo unas semanas se pasa de una felicidad normalizada a un infierno, alimentado por recuerdos, culpabilidades, reproches y añoranzas, del que parece imposible salir. Los protagonistas se enfrentan juntos en la búsqueda de una salida de ese laberinto pasional para poder seguir viviendo juntos y felices.
Eso de juntos y felices parecían las gentes de este país. Sería complejo pretender describir lo que acontece en esta España de hoy. Difícil de establecer a grandes rasgos si presenciamos un drama o una comedia, ya que según las múltiples dimensiones e inclusos universos que participan en el embrollo, no parece que tenga mucho sentido.
En la obra de David la realidad parte de una dolorosa pérdida, una muerte impuesta por el destino, que sobrecoge el ánimo de los protagonistas. Situando la obra en medio del barullo del “referéndum” ¿realizado? o ¿abortado?; con la banda sonora de las declaraciones de la noche de autos, sobre que todos “guañan o ganan”, a pesar de haber generado una tensión inmensa en todas las gentes participantes de un lado u otro de la disputa; se antoja difícil no reparar en que, a otra escala y salvando las distancias, la realidad ficcionada y friccionada, por unos y otros, sobre la identidad nacionalista se antoja fruto de distancias artificialmente construidas y de discursos para mentecatos.
Por ello viene a la mente aquello de que fuera del teatro la obra los Universos paralelos nada tiene que ver con esta ficcionada realidad de “UNIVERSOS PARA LELOS”. La diferencia entre el resultado de la obra en la que se pretende recomponer la felicidad perdida y esta hilarante realidad socio política que vive España, es que en los protagonistas de la obra actúan inteligentemente, mientras que los protagonistas de este desaguisado nacionalista, de múltiples signos, no tienen ni un dedo de frente y sí muchos intereses inconfesables para agitar, alimentar y azuzar la llama de los desencuentros entre hermanos.
Fdo Rafael Fenoy Rico
