Las fuerzas del orden ayudaron a unas veinte familias rumanas a abandonar sus hogares en Lisburn, sur de Belfast, porque en la última semana unos desconocidos atacaron sus casas con botellas y ladrillos.
Ante las continuas agresiones, agentes de policía y residentes de distintas comunidades en Belfast protestaron el pasado lunes por la noche en la calle en apoyo de los inmigrantes rumanos, pero unos jóvenes lanzaron botellas contra los manifestantes.
Las familias rumanas buscaron este martes refugio en una casa de Lisburn, pero eran tantas las personas que querían permanecer allí que se vieron obligadas a pedir ayuda a la iglesia local, informan los medios británicos.
El pastor Malcolm Morgan, a cargo de la iglesia, lamentó la situación de estas personas y manifestó su deseo de que muchos norirlandeses puedan mostrar que también hay gente solidaria.
Una portavoz del PSNI dijo que “la Policía del sur de Belfast ayudó a varias organizaciones (a buscar) la recolocación temporal de un número de familias tras consultar con representantes de la comunidad. Las familias se mudaron a una iglesia cercana y son ayudadas por diversas organizaciones”.