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Diario de un jubilata

Pienso que tiene que haber mucha gente entre el personal trabajador -por aquello de la diversificación- que se dedica a cosas poco provechosas...

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Pienso que tiene que haber mucha gente entre el personal trabajador -por aquello de la diversificación- que se dedica a cosas poco provechosas porque, a las pruebas me remito, no hay ente especializado en los asuntos de la economía que no diga que en nuestro país tenemos un gran problema con la productividad. Y yo, que siempre me malicio que cuando dicen esto es porque buscan algo, llego a la conclusión a bote pronto que lo que quieren es, como siempre, despido libre y barato.

Sí, porque la patronal española, ésa que busca privatizar los beneficios y socializar las pérdidas, siempre que tiene ocasión -y ahora la tiene- acaba pidiendo libertad (que en su caso más bien parece libertinaje) de contratación y una flexibilización de los mercados. Lo dicho. Pero lo que no entiendo es que estos “dolientes” no conozcan los remedios o les traiga al pairo los posibles antídotos.

De entrada son dos cosas distintas: Una es la necesidad -o no- de aligerar las plantillas y otra es el resultado del trabajo que las mismas desarrollan. Que, mire usted, los organismos internacionales a lo que apuntan es en dirección al resultado, al producto final y sus costes. Que están diciéndonos desde hace muchos años que no somos competitivos y que por ese camino vamos mal dados.

En el fondo lo que estos quieren, más de lo mismo, es justificar las huidas de las multinacionales que vienen, las atiborramos de subvenciones y ventajas, y a las primeras de cambio cogen carretera y manta. O se quedan, chupando del bote y organizando cada ERE que se mea la perra. ¿Tan poco o tan tontos somos? No hace mucho un centro de venta telefónica se quejaba del absentismo de nuestros paisanos y ya estaban con la cantinela de que hacen novillos un treinta y algo por ciento y si es festivo muchos más. Menos mal que Súper Trillo los puso firmes porque  estos, a los que se les ha dado todo lo habido y por haber, estaban cantando el adiós en do mayor. Tocata y fuga. Lo que nos faltaba, vaya.

Ciertamente estamos en una tesitura poco grata. Dicen que producimos mal y caro, pero para producir bien hacen falta medios adecuados, maquinaria de última generación y un plan de trabajo consecuente. Leí hace la tira de años que si necesitaban diez personas trabajando a la vez se tenían que contratar once porque, indefectiblemente, una estaría en el water. Esto lo decían los americanos que son muy suyos, en su tierra, nada que ver con lo que exigen aquí; de once, nada: nueve, y de entrada te advierten que al trabajo hay que ir con las necesidades hechas y quien no, que reviente.

Porque, afortunadamente, demandamos sueldo digno y trato humano viene la desbandada con armas y bagajes tachándonos de negligentes, desmontando el circo en busca de otro lugar donde explotar a fondo a los asalariados.

Carne de cañón para las nuevas formas de ese capitalismo salvaje que ahora quiere cubrirse con piel de cordero poniendo la mano con descaro inaudito. Las cosas.

 josefco_sanchez@yahoo.es

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