Tras calificar el informe como “objetivo y escrito por un profesional”, el fiscal especial serbio de crímenes de guerra, Vladimir Vukcevic, declaró en rueda de prensa en Belgrado que “es una obligación” investigar a fondo esos casos.
Vukcevic indicó que la Fiscalía serbia trabaja “desde hace tiempo” en las investigaciones sobre el tráfico de órganos en Kosovo y en el norte de Albania, ante todo para esclarecer el destino de “unos 400 a 500 desaparecidos de Kosovo”, en su mayoría serbios.
El documento revela informes confidenciales que detallan cómo era controlado por el UCK el comercio de heroína y otros narcóticos, y también testimonios de que varios centros de detención y clínicas del norte de Albania participaron en la extracción de órganos de presos serbios y albaneses “traidores” para su tráfico internacional en el mercado de trasplantes.