La angustia de Virginia M.R., una madre de dos hijos de 6 y 15 años que iba a ser desahuciada en la mañana de este lunes de la vivienda que ocupaba desde hacía varios años en la Callejón de los Descalzos, se ha visto felizmente paliada por la decisión de la entidad bancaria propietaria del inmueble de aplazar el alzamiento, en principio durante un mes.
Así lo comunicaron desde la Plataforma Antidesahucios del Campo de Gibraltar a VIVA. Precisamente ha sido este colectivo el artífice del aplazamiento, merced a la labor de mediación efectuada desde primera hora de este lunes con la entidad bancaria, con la que afirman tener buenas relaciones en este sentido.
La PAH, así como el Ayuntamiento de San Roque, habían comenzado a mover ficha el pasado fin de semana tras tener conocimiento del caso en las redes sociales y los medios de comunicación que, como en el caso de VIVA, se habían hecho eco del mismo. Sin embargo, el tiempo era crucial. La afectada había afirmado que recibió la notificación del desahucio el viernes, si bien el escrito del juzgado viene con fecha de finales de enero. Sin embargo, a pesar de la premura, se ha podido actuar a tiempo.
Víctima de violencia
Según aseguran desde la PAH, Virginia M.R. ocupaba ilegalmente la vivienda desde hace varios años, y se instaló allí por su falta de recursos –únicamente cuenta con los ingresos del subsidio por desempleo- y aún sufre también las secuelas de haber sido víctima de violencia de género.
Es precisamente esta vía la que siguen ahora los técnicos de Servicios Sociales del Ayuntamiento de San Roque a la hora de enfocar el caso, para tratar de buscar una solución para Virginia en forma de alquiler social o una alternativa habitacional viable. También con el banco se está moviendo, desvela la PAH, la posibilidad de que se le conceda a la mujer un alquiler social de la vivienda que ocupa ilegalmente, si bien normalmente estas entidades rehúsan aplicar estas medidas con personas que ocupan ilegalmente estas viviendas, comentan desde la PAH, que desvela que Virginia acudió a ellos ya hace seis meses, pero que “dejó de venir y le habíamos perdido la pista”.
Respaldo
Si bien finalmente no se ejecutó la orden de desahucio, un número de personas se había ya congregado a las 9.30 horas, media hora antes de la hora del alzamiento, a las puertas del inmueble convocados por la propia afectada a través de las redes sociales.