En la memoria reciente de esta ciudad aún resuenan las palabras de Lula da Silva cuando vino a recoger en 2011 el Premio Libertad Cortes de Cádiz. Lo hizo en la Casa de Iberoamérica, al igual que Pepe Mujica años después. Resuenan también sus palabras allí, como las de Vargas Llosa. Al igual que resuenan las palabras de decenas de constitucionalistas, presidentes de América, políticos, abogados, escritores, investigadores… que vinieron en los últimos años a Cádiz a hablar de ideas, de pluralidad, de Libertad, porque quisimos que Cádiz fuera de nuevo referente de la Libertad.
Pero estábamos equivocados. Según nuestro alcalde aquel ayuntamiento que promovía estos encuentros, estos valores, era el Ayuntamiento de la oscuridad. Él arrojaría luz a esta ciudad. ¿Y saben qué luz arrojará hoy nuestro nuevo ayuntamiento? La luz de Joxe Martín Abaurrea, actual concejal de Bildu y portavoz de Herri Batasuna en Navarra en 1998. El concejal batasuno que ese año promovió con sus dos correligionarios una demanda contra su compañero de Corporación, Tomás Caballero. Al cabo de unos meses ETA mataba a Tomás a la puerta de su casa.
Otro concejal de aquella corporación pamplonesa, en este caso de Izquierda Unida, confesaba en la sesión plenaria de urgencia que se convocó el día que asesinaron a Tomás que había hablado con uno de esos ediles batasunos para decirles que, con la demanda, estaban poniendo a Tomás en el punto de mira de los asesinos: “su respuesta fue fría, impersonal, sin sentimiento”, contó ese día de lágrimas en el que Abaurrea se negó a condenar el asesinato de un compañero de Corporación.
Se negó ese día y se sigue negando. Abaurrea, como portavoz en Navarra de los que apoyan a los asesinos de ETA, era el encargado de excusar cada uno de los 42 asesinatos que esa banda de terroristas cometió en esa comunidad. Y por supuesto se negó a condenar ninguno de los cerca de mil asesinatos que ese grupo de asesinos cometió en toda su reciente historia.
Pues bien, este sujeto es el que hoy, invitado por nuestro alcalde, por nuestro ayuntamiento, hablará de Memoria en Casa de Iberoamérica.
Me faltan las palabras para expresar el dolor, la vergüenza y la rabia que me produce que esta ciudad, a través de su ayuntamiento, reciba y dé voz hoy a quien durante años ha sido el apoyo de los asesinos en Navarra. Esto no se trata ya de izar una bandera. Se trata de amparar a quienes justificaban y justifican que cuando un concejal compañero tuyo no piensa como tú puede que un día, al salir de su casa, le peguen dos tiros en la cabeza porque es consecuencia del conflicto.
No entiendo, ni creo que pueda entender jamás, que el alcalde o Martín Vila estén tan tranquilos sabiendo que quien viene hoy a hablar de Memoria era ese concejal que vio impasible como ETA mataba a su compañero de Corporación sin dar una palabra de consuelo a sus dos hijos. Si esta era la luz que iban a arrojar en Cádiz los de la nueva política que sepan que hoy la única luz que habrá en Casa de Iberoamérica será la luz de ETA.