Enrique Calvet, que en las próximas semanas tomará posesión de su escaño como eurodiputado de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) en sustitución de Francisco Sosa Wagner, está convencido de la importancia del proyecto político con el que nació la formación magenta y su Manifiesto Fundacional, pero cree que el actual equipo de dirección, liderado por Rosa Díez, lo está llevando "a la catástrofe".
En declaraciones a Europa Press, Calvet ha explicado que decidió asumir la responsabilidad de sustituir a Sosa Wagner en el Parlamento Europeo tras "48 horas de reflexión" en las que, por un lado, pesaba su amistad con el exportavoz de UPyD en la Eurocámara y sus discrepancias con la dirección y, por otro, su responsabilidad con los votantes que decidieron apoyar el pasado 25M la candidatura del partido, en la que él ocupaba el quinto puesto.
Finalmente, decidió que su labor institucional en el Parlamento Europeo no tiene por qué estar reñida con su defensa de que UPyD ponga en marcha "un análisis profundo" de los últimos resultados electorales, que considera que no fueron buenos, y convoque un Congreso Extraordinario Urgente que sirva como "revulsivo" a la formación.
De hecho, ha revelado que no comparte la decisión de Sosa Wagner de renunciar al acta de eurodiputado y darse de baja como militante, ya que considera que el objetivo con el que nació UPyD en 2007 sigue vigente y se debe "luchar desde dentro para enmendar las cosas". Y así se lo trasladó al propio Sosa Wagner, cuya marcha cree que es "muy mala" para UPyD y para "su imagen".
Pese a estas discrepancias con la actual gestión de la formación, Calvet ha asegurado que su relación con miembros de la dirección y con la nueva portavoz en la Eurocámara, Maite Pagazaurtundua, desde la dimisión de Sosa Wagner ha sido "exquisita" y en ningún momento se le ha sugerido que no tome posesión del acta de eurodiputado.
"Una cosa es que yo crea que la dirección de UPyD en estos momentos está llevando el partido a la catástrofe y otra cosa que en este asunto esté portándose con exquisitez", ha reconocido Calvet, hasta ahora miembro del Consejo Económico y Social Europeo.
POR QUÉ HAY VOTANTES DE CENTRO QUE PREFIEREN LA ABSTENCIÓN
A su juicio, UPyD debe hacer un análisis en profundidad de la evolución de sus votantes durante los últimos años, máxime teniendo en cuenta los resultados de las últimas elecciones europeas en las que la formación perdió más de 100.000 votos en términos absolutos respecto a los comicios generales de 2011.
"Después de eso no se hace un análisis serio, riguroso y profesional --ha insistido--. Y hay que reflexionar por qué votantes del centro, nuestro nicho, absolutamente asqueados del bipartidismo, prefieren optar por la abstención antes que creerse nuestro mensaje".
Calvet no cree que UPyD se haya convertido en un partido más de la política tradicional, pero sí es percibido así por los ciudadanos "como consecuencia de torpezas acumuladas". "No se hace el análisis adecuado y seguimos en una inercia que no lleva a ningún lado", ha lamentado.
El último de estos errores, a su juicio, ha sido la gestión de la polémica con Sosa Wagner, llevada "de modo catastrófico de manual" y durante la cual cree que además ha habido "actitudes públicas ofensivas" que el partido debería "desautorizar" para que no queden "impunes".
QUE PERSONALISMOS NO FRUSTEN ACUERDOS CON C'S
En cuanto al debate sobre posibles alianzas con Ciudadanos, Calvet recuerda que él formó parte del Consejo General del partido liderado por Albert Rivera y, con su experiencia en ambas formaciones, se ofrece a prestar su ayuda "con total lealtad" en las conversaciones abiertas.
A su juicio, entre UPyD y Ciudadanos existen "algunas diferencias ideológicas" que pueden dificultar su fusión completa, pero sí deben ser "sensibles" a "lo que la sociedad requiere" y por tanto deben estudiar hasta dónde pueden llegar en acciones conjuntas preelectorales.
Calvet, que antes sólo era partidario de posibles pactos post electorales, cree que la situación ha cambiado y se deben explorar vías de colaboración previos a los comicios, "delimitando bien el objetivo" y los puntos del acuerdo.
Eso sí, ha pedido que, en caso de que no se llegue a ningún acuerdo, se explique bien a la ciudadanía y "se argumente políticamente". "Nunca por un problema de personalismos ni puestos, que tenga una explicación política y se traslade bien a la sociedad", ha argumentado en el caso de que las conversaciones en marcha lleven "a un callejón sin salida".