La rueda de prensa ofrecida este jueves por los concejales del grupo municipal Ai-Pro estuvo mojada no de la lluvia del día, sino de las lágrimas con las que quisieron despedir al que ha sido durante los últimos dieciocho meses delegado municipal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento, Pedro Mayo Venegas.
El veterano político renuncia al cargo por motivos personales, familiares y por el agotamiento que le infringe ciertamente un trabajo para el cual nunca ha tenido horario y que se ha tomado muy en serio como el primero, hasta el punto de haberle provocado un desgaste personal que le ha pasado factura en el terreno familiar: consecuencias del ejercicio de la política cuando se hace de ésta un compromiso social.
Además, Mayo sufrió hace unos días un desvanecimiento como consecuencia, posiblemente, del estrés al que está sometido en su ejercicio de gobierno, e incluso ha reconocido que ha llegado un momento en su vida en el que apenas duerme por “no defraudar” a nadie en su gestión de Medio Ambiente, por lo que su salud personal ya estaba también por medio. Asimismo, el evidente distanciamiento de sus hijas, que residen en Alemania -país en el que Mayo trabajó durante décadas antes de regresar a Arcos- y de parte de su familia que se encuentra en Galicia, unido a que tiene casi 70 años, también justifica en gran medida el pasado dado.
Mayo pediría a la opinión pública y al resto de partidos políticos que no vean otros motivos en su renuncia, aunque enfatizó que es una persona que no se deja “presionar por nadie”. En este sentido se han producido recientemente algunas diferencias internas sobre sus declaraciones, por ejemplo, con la gestión del servicio de basuras.
El secretario General de Ai-Pro y primer teniente de Alcalde, Manuel Erdozain, señaló en su encuentro con los medios que ayer fue “un día difícil y complicado, triste y alegre al mismo tiempo”, porque despide a un compañero pero también recibe a otro nuevo, pues el cargo de Pedro Mayo será ocupado por Francisco Muñoz, hasta ahora persona de confianza de Ai-Pro.
Erdozain diría de Pedro Mayo que es “una persona entrañable, querida y maravillosa; un político de pueblo, apasionado con su trabajo”, hasta el punto de levantarse más de una noche para comprobar la ruta del camión de la basura y así cerciorarse de que el trabajo de Medio Ambiente en las calles se estaba haciendo correctamente, como también es una persona que no ha dudado nunca en inclinarse para recoger una basura arrojada por otro al suelo, queriendo así dar ejemplo de lo que debe ser un buen ciudadano y un político coherente. Ciertamente, es la imagen pública que este concejal ha tenido para los arcenses, de persona absolutamente comprometida, educada y muy correcta.
Asimismo, Erdozain le agradeció en nombre de su partido que haya sido una persona clave en el nacimiento del proyecto político de Ai-Pro (es fundador y presidente honorífico) y sobre todo en el ascenso del mismo al Gobierno de la ciudad. Con Erdozain y los suyos, han sido diez largos años de trabajo “codo con codo, de risas y lágrimas”. Pero sobre todo, Erdozain señaló que Pedro Mayo deja muy alto el listó en su Delegación. Posteriormente, Mayo pidió a su sucesor que defienda los proyectos pendientes, que no son pocos en Medio Ambiente.
El concejal que renuncia al cargo no percibía cantidad alguna del Ayuntamiento en su calidad de jubilado, habiendo realizado en este sentido un trabajo abnegado y altruista.
Sin embargo, su renuncia provocará un aumento del gasto municipal en personal porque, como reconoció Erdozain, Francisco Muñoz será liberado, además de que contratarán a otra persona como cargo de confianza porque así lo tienen estipulado en el acuerdo de Gobierno con el PP y porque, sencillamente, así lo permite la Ley. Muñoz dirigirá, además de Medio Ambiente, la Delegación de Barriadas Urbanas, hasta ahora en manos del concejal también de Ai-Pro Leopoldo Pérez.
Con la de Pedro Mayo, hasta ahora se han dado tres renuncias al acta de concejal en este mandato. Primero fueron las de los concejales Rafael Yesa y Juan Jesús Jaén, ambos del PP.
