Una marcha compuesta por más de 3.000 personas y 60 tractores ha mostrado este sábado en Castellón su rechazo a los grandes proyectos de plantas fotovoltaicas previstos en las zonas de interior castellonenses, ha reivindicado un mundo rural "vivo" y ha advertido de que terrenos agrícolas, granjas y otras actividades están "en peligro de desaparición" si prospera la "gran cantidad" de proyectos fotovoltaicos previstos.
La protesta ha sido convocada por La Unió Llauradora i Ramadera, las asociaciones de defensa del territorio Junts per la Terra de la Vall d'Alba, Associació Nostra Terra de les Coves de Vinromà, Defensem els nostres arrels i la Terra Casa Nostra de Vilafamés, No a la Mat comarques de Castelló, Per una ubicació racional de les renovables, El futur és avui, asociación de Cabanes, Morella Viva y Calderona Viva.
Bajo el lema 'Por un mundo rural vivo. Contra el colonialismo energético y las macroplantas fotovoltaicas que destrozan nuestro territorio', ha partido desde la plaza de la Independencia y ha marchado hasta la plaza María Agustina. La convocatoria ha estado encabezada por los tractores que han salido a primera hora desde diversas localidades, principalmente de las comarcas de la Plana Alta y l'Alcalatén.
"La construcción de todos estos proyectos es una agresión sin precedentes en el territorio, para todas las personas que vivimos en el mismo", han señalado las entidades convocantes, que han advertido de que una "parte importante" de terrenos agrícolas "en plena producción, granjas y otras muchas actividades como por ejemplo bodegas, turismo rural, restauración, masos, construcciones de piedra en seco y el propio paisaje están "en peligro de desaparición si prospera la gran cantidad de proyectos fotovoltaicos previstos".
Ante la sede de la Subdelegación del Gobierno en Castellón se han realizado parlamentos por parte de las entidades vinculadas a la defensa del territorio y, seguidamente, se ha dado lectura también a un manifiesto por parte de los periodistas Alba Saura y Jesús Broch.
Según las informaciones recabadas por La Unió, los proyectos fotovoltaicos que se plantean en estos momentos en el conjunto del territorio valenciano supondrían "la desaparición de más de 2.700 explotaciones agrícolas, sin contar las ganaderas", lo que significa "el tres por ciento del total de las explotaciones". "Además, mayoritariamente se encuentran situadas en las zonas de interior y con riesgo de despoblamiento", han señalado.
Las entidades convocantes han afirmado que están a favor de la energía renovable para frenar el cambio climático, pero no que en lugar de una transición energética justa se haga con una transición "especulativa" y "devoradora" con el territorio rural.
En este sentido, han cuestionado el "colonialismo energético" de las zonas urbanas frente al interior. "No se pueden destrozar los proyectos de vida de las personas del interior para que las zonas más pobladas tengan luz, el modelo energético tiene que crecer primero desde las ciudades, potenciando el autoconsumo y aprovechando polígonos industriales, áreas periurbanas degradadas, edificios públicos, en lugar de destrozar el territorio rural como si fuera un queso gruyere", han defendido.
Las asociaciones han augurado que la lucha "va a ser larga" y han garantizado que no va a parar "hasta que se reconsideren todos estos macroproyectos de energía fotovoltaica". "Exigimos un nuevo planteamiento tanto en la ubicación como en la extensión en el número de hectáreas y que obligatoriamente estén sometidas a criterios técnicos que garanticen y velen por el bien general y no por los intereses económicos de grandes empresas y multinacionales", han subrayado.