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Energías estériles

No es malo sentir, lo nefasto es no sentir al otro. Cuando puede más el sentimiento de exclusión que el de hermanamiento no todo está justificado.

Energías estériles

Cuanta energía aplicada a una idea que entronca con el orgullo y el honor de, al menos, una parte de un pueblo. Más de casi 2 millones de personas, ¿Qué son muchas? ¡Qué más da! ¿Lo dejamos en 1 millón? ¿Mejor 500 mil?  De cualquier forma mucha gente que llevan años saliendo en manifestaciones, concentraciones, organizándose por barriadas y pueblos en asociaciones independentistas, realizando actos de todo tipo, mesas informativas, conferencias, presentaciones, conciertos, comidas etc…
Y no lo hacen para exigir soluciones a sus problemas reales y cotidianos: desempleo, carencia de hospitales, listas de espera interminables, faltas de médicos y centros de salud. Que tampoco exigen que se juzgue y se condene a los ladrones del patrimonio común, a los Pujol y los de su calaña, para que devuelvan el dinero robado a ellos y a sus hijos e hijas.  Que no protestan por la falta de futuro de sus descendientes, que en su mayoría deben emigrar o verse condenados al desempleo. Más del 40% en menores de 20 años.
Que no reivindican un espacio vital saludable, un aire y un agua no contaminadas. Que no impiden en la calle los desahucios injustos e inhumanos, la ley mordaza, la reforma laboral nefasta. Que no reclaman el arreglo de sus calles, del mobiliario urbano muchas veces inexistente, la falta de limpieza y mantenimientos las vías de comunicación rápida y sin tener que pagar peajes en autopistas.
En definitiva que no se enfrentan a las situaciones reales que a diario suponen auténticas afrentas a su dignidad y a sus derechos.  Y sin embargo dedican ingentes cantidades de tiempo y energías a enarbolar una bandera estelada. ¿Cómo se puede calificar ese comportamiento? ¿De falto de cordura?  Y ¿cómo calificar a esas gentes?.
Todo está lleno de sentimientos, los nacionalismos viven de ellos, quienes los promovieron dentro de los pueblos han sabido utilizarlos. Y no es malo sentir, lo nefasto es no sentir al otro. Y cuando puede más el sentimiento de exclusión que el de hermanamiento entonces todo parece justificado. Y no lo está. Somos gentes de aquí y allá que deseamos un futuro mejor para nuestras niñas y niños, un presente mejor para nuestra juventud, la suya y la mía, Y tiene “narices” que envolviéndose en banderas “jodamos”  lo uno y lo otro.  Siempre unidos, siempre juntos seguro que afrontaremos mejor los retos del presente y construiremos un mejor tiempo venidero.  Hagámoslo y si hace falta cambiar la Constitución que sea para garantizar derechos reales al trabajo, a la vivienda a la salud, a la educación… lo demás no tiene sentido. 

Fdo Rafael Fenoy Rico

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