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El número de denuncias de falsos secuestros se multiplica por dos en 2012

La rápida activación del protocolo establecido en estos casos y la eficacia de los investigadores y negociadores de la Sección de Secuestros y Extorsiones, ha aportado excelentes resultados

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La Policía Nacional ha detectado que el número de falsos secuestros en los que las víctimas pretendían obtener el dinero del rescate aportado por su familia o amigos se ha  multiplicado por dos en el último año y, en todas ellas, la Sección de Secuestros y Extorsiones de la Policía Nacional tuvo que activar el protocolo establecido hasta localizar a la supuesta víctima.

   En 2012 se denunciaron ante la Policía 24 hechos de estas características, todos ellos constitutivos de delito, recogido en el art.457 del Código Penal que contempla la conducta de aquellos que simulen ser víctima de una infracción penal inexistente o denuncien un falso delito.

   La rápida activación del protocolo establecido en estos casos y la eficacia de los investigadores y negociadores de la Sección de Secuestros y Extorsiones, ha aportado excelentes resultados. Al igual que en años anteriores, la Policía Nacional ha resuelto el 100 por cien de los secuestros, reales y simulados, producidos en nuestro país. En 2012, estos especialistas de la Policía Nacional detuvieron a 87 personas vinculadas a secuestros, extorsiones, incidentes críticos -con o sin rehenes- y también relacionadas con simulaciones de secuestro.

   El pasado año se denunciaron 17 secuestros reales nacionales, los mismos que en 2011, todos ellos resueltos. Mientras la cifra de secuestros internacionales en los que se demandó la colaboración de esta Sección descendía casi a la mitad, 9 casos frente a los 16 de 2011. El número de incidentes críticos, con o sin rehenes, también descendió ligeramente en 2012. Esta Sección registro 17 situaciones de estas características y, en la mayoría, tuvo que intervenir un negociador titulado.

   La investigadores de la Sección de Secuestros y Extorsiones, adscrita a la UDEV Central de la Comisaría General de Policía Judicial, diferencian entre secuestros de alta intensidad, -atendiendo a la peligrosidad de los autores, las características de la víctima o tipo de cautiverio-, y baja intensidad. En 2012 estos especialistas atendieron cuatro casos que fueron catalogados como de alta intensidad.

   Según los datos arrojados por las investigaciones policiales, en la mayoría de los secuestros denunciados existe una relación delincuencial entre ambas partes, lo que dificulta enormemente la investigación.

OPERACIONES PRÉSTAMO, PEKÍN, BANGLA

   Entre los casos resueltos en 2012 destacan la operación Préstamo en la que se logró liberar en Madrid a un ciudadano de origen chino que fue secuestrado por motivos de deudas de juego y se detuvo a cinco personas; la operación Pekín en la que se arrestó a siete individuos por el secuestro de una familia, también de origen chino, llegando incluso a apuñalar a alguno de sus miembros; o la operación Bangla en la que, gracias al asalto realizado por el GEO al zulo donde se retenía al secuestrado, los agentes lograron liberar a la víctima de origen bengalí y detener a tres personas.

   Como ejemplos de las simulaciones de secuestros denunciadas y que provocaron las actuaciones establecidas en estos casos, destacan las ocurridas a finales de año. El 31 de diciembre se denunciaba en Valencia que una joven estaba secuestrada en Egipto, desde allí había mandado varios SMS a sus padres diciendo que estaba secuestrada y que la iban a matar.

   Sus padres angustiados realizaron la consiguiente denuncia que provocó que negociadores policiales se desplazaran al lugar donde comprobaron la falsedad de los hechos. El 1 de enero un joven sueco que pasaba el Fin de Año en Marbella simuló su propio secuestro y "pedía" 3.000 euros por su liberación. Su familia dio la alerta en España. El joven fue localizado, en total libertad de movimiento y sin ningún tipo de agresión. Del mismo modo, hace pocos días una mujer en Santiago de Compostela simuló también haber sido secuestrada y, posteriormente, reconoció que lo hizo para ocultar su actividad laboral de la que socialmente se avergonzaba.

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