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El autobús aeropuerto se dispara y el tranvía se hunde un poco más

El autobús especial a San Pablo y el tranvía han representado la cara y la cruz de Tussam en 2018, según el balance del ejercicio

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  • La línea especial del Aeropuerto. -

El autobús especial al aeropuerto (EA, en las siglas de la compañía) y el tranvía han representado la cara y la cruz de Tussam durante el año 2018, según el balance del ejercicio. El primero batió todos los récord al dispararse por encima de 1,1 millones de viajeros, mientras que el segundo, cuya ampliación ha sido la apuesta política de Espadas durante el actual mandato, se ha hundido un poco más al perder 153.305 viajeros.

Con el aeropuerto de San Pablo batiendo registros de viajeros año tras año en el último cuatrienio, era lógico pensar que el autobús especial de Tussam que lo conecta con la ciudad experimentaría un crecimiento en paralelo. Así viene siendo desde que en el año 2015 la empresa municipal de transportes urbanos recuperó su gestión, y los resultados han superado todas las expectativas, sobre todo el año pasado, cuando fue utilizado por 1.153.734 viajeros, casi un 36% más que en el ejercicio precedente.

Este dato supone once puntos más que el incremento de tráfico del aeródromo. Metafóricamente al menos, puede decirse que esta vez el autobús de Tussam va más rápido que el avión.

En 2015, primer año de la recuperación de la gestión de este servicio por Tussam, usaron el autobús especial a San Pablo 710.809 personas. Los 1.153.734 pasajeros registrados tan sólo tres años después suponen 442.925 más, un éxito que no se entendería sin el boom aeroportuario.

En ese mismo periodo, la estadística del aeropuerto ha pasado de 4.308.845 viajeros a 6.380.465, un balance  positivo de 2.071.620 más.

La cruz

El reverso de la moneda en el balance de Tussam del año pasado lo constituye el tranvía, que ha seguido perdiendo usuarios al pasar de 3.969.327 con que cerró el ejercicio de 2017 a 3.816.022, con una caída del 3,86% y de 153.305 viajeros.

Desde 2008, primer año en que funcionó a lo largo de los doce meses (se inauguró el 28 de octubre de 2007) y que lo cerró con 4,46 millones de usuarios, el tranvía ha perdido 650.000 viajeros en números redondos y pese a haberse ampliado la línea desde el Prado de San Sebastián hasta la estación ferroviaria de San Bernardo.

Con motivo de la inauguración de la ampliación en 885 metros, que costó entre 10 y 13 millones de euros (siempre se ha jugado a la confusión para no revelar los auténticos costes del tranvía), en aquel 15 de abril de 2011 el entonces alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, anunció que el tranvía alcanzaría una demanda media de 18.400 usuarios diariamente.

Siete años después, la demanda real ha caído a 10.454, un 43% menos de lo prometido conforme a los estudios que se dijo se habían realizado para justificar la ampliación. Espadas ha convertido la segunda prolongación de la línea en el proyecto estrella de su mandato, aunque se lo tumbó la oposición en pleno por considerarlo un gasto excesivo e injustificado porque se duplicaría en superficie la línea de Cercanías de Renfe y otras líneas de autobuses de Tussam que circulan por la misma zona.

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