El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Morón de la Frontera (Sevilla), según las fuentes consultadas por Europa Press, ha sobreseído provisionalmente y archivado las diligencias incoadas por la muerte en la prisión provincial de Sevilla II, ubicada precisamente en Morón, de Pablo Moreno García, un preso natural de Écija que sufría un cáncer en fase "terminal", neumonía crónica y el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA).
Según la familia del preso, vecino de Écija, Pablo Moreno cumplía condena en la cárcel de Sevilla II a cuenta de una pena de "ocho años y tres meses" de privación de libertad que le fue impuesta por delitos de robo, sufriendo en paralelo "un cáncer" de garganta en fase "terminal", una neumonía "crónica" e incluso portaba los anticuerpos del síndrome de inmunodeficiencia adquirida.
Su familia, dado el caso, emprendió una intensa campaña para reclamar a las autoridades que permitiesen su puesta en libertad, por "razones humanitarias", al objeto de que pasase sus últimos días "con su hijo y su nieto", trasladando sus familiares que pese a su estado, las autoridades judiciales no le concedían la libertad, bajo la premisa de que podía "delinquir de nuevo".
El consejero de Justicia e Interior, Emilio de Llera, ante este caso, recordaba allá por 2014 que en efecto, la legislación penitenciaria permite acordar la libertad condicional de los enfermos terminales, al objeto de que puedan fallecer en su casa, pero siempre que se cumplan los requisitos establecidos para ello por la Ley.
Finalmente, Pablo Moreno García falleció el pasado 4 de junio de 2015 en el centro penitenciario Sevilla II, cuando aún le faltaban varios meses para acabar de cumplir la condena por la que permanecía preso. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Morón, en ese sentido, ha archivado las actuaciones judiciales incoadas a cuenta de esta muerte.