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Lituana Alanté Kavaite presenta en Sevilla un amor de verano entre chicas

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La lituana Alanté Kavaité concursa oficialmente en la sección Nuevas Olas del Sevilla Festival de Cine Europeo (SEFF) con un amor de verano entre dos chicas, con el telón de fondo de un concurso de vuelo acrobático como metáfora del autocontrol y de la búsqueda de la fortaleza.

Kavaité ha asegurado en conferencia de prensa que su película, "The Summer of Sangaile", no ha encontrado en Lituania ninguna reacción adversa por su temática homosexual y que, antes al contrario, la única reacción negativa cosechada allí ha partido de representantes de grupos activistas homosexuales y transexuales que le han reprochado que su película no avisara explícitamente de su temática.

"Es mejor hacer cine sin etiqueta, películas que puedan mostrar a parejas homosexuales sin centrarse en ese hecho ni tener que dramatizar necesariamente ese hecho", ha asegurado la joven realizadora, quien asegura haber contado con la comprensión de sus compatriotas de edad más avanzada porque Lituania, ha considerado, es un país que ha avanzado mucho los últimos años.

Premio a la mejor dirección en Sundance, el filme cuenta la aventura de Sangaile, adolescente introvertida y algo mustia, que encara unas vacaciones de verano con cierta resignación.

Pero en una exhibición de vuelo acrobático la protagonista conocerá a una chica que es su opuesto en cuanto a personalidad, la cual le hará salir de su burbuja a base de fiestas, baños en un lago y sesiones de fotos con los vestidos que ella misma cose y diseña, de modo que la intimidad entre ambas acabará en algo más que una amistad.

"El verano es un periodo muy especial, sobre todo en los países del norte, en los países fríos, donde la primavera tiene un significado más intenso que en los países del sur; el verano en el norte te hace sentir más libre, sobre todo si se está en la adolescencia", según Kavité, quien también ha bromeado sobre la importancia superior que tiene un bronceado en un país báltico que en un país mediterráneo.

La realizadora ha asegurado que los vuelos y los aviones son muy importantes en Lituania porque es un país muy llano, sin montañas, y que por eso sus compatriotas tienen casi "una relación psiquiátrica con los vuelos".

"Todos los veranos están muy vinculados en mi país con los festivales aéreos", ha señalado Kavaité al recordar que incluso su capital, Vilna, es la única ciudad europea que permite que los globos aerostáticos circulen libremente sobre ella en los meses estivales.

En su filme, la realizadora lituana ha querido hacer del vuelo acrobático "una metáfora de la búsqueda de la fortaleza" porque a su protagonista "le falta autocontrol, una condición necesaria para cualquier piloto de avión".

También ha señalado un paralelismo entre la danza y el vuelo acrobático, actividades de las que ha asegurado que requieren altas dosis de autoestima y autoconfianza.

La realizadora ha asegurado que, técnicamente, su película no se podría haber rodado hace cinco o seis años, por el uso de drones para captar imágenes y por las hasta doce cámaras distintas empleadas para rodar dentro de los aviones, ninguna del tamaño de una profesional convencional sino más pequeñas.

El uso de cámaras pequeñas aporta a su película un aire de experimentación e improvisación del que ha asegurado que "no es tan frecuente en el cine ser tan libres y tan ingeniosos" a la hora del rodaje.

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