Guardias civiles de la Sección Fiscal y del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Comandancia de Sevilla, con la colaboración del personal de vigilancia y guardería, han detenido en el Aeropuerto de Sevilla a un varón, de nacionalidad malaya, cuando trataba de salir de España con dos maletas que contenían más de 13 kilos de angulas vivas.
Los hechos ocurrieron el pasado Domingo de Ramos, cuando los agentes retuvieron dos maletas facturadas con destino a Casablanca (Marruecos), tras ser requeridos por personal de vigilancia y guardería del filtro de equipajes al detectar que presentaban "cuerpos extraños" en su interior, por lo que identificaron a su titular para que abrir las mismas en su presencia, tal como explica la Guardia Civil en una nota de prensa.
Una vez abiertas las maletas, los agentes comprobaron que cada una de ellas contenía seis bolsas que albergaban en su interior angulas vivas. En este sentido, se dio aviso al Seprona, que constataron ese hecho, de modo que se detuvo al portador de las maletas y se intervinieron los especímenes.
Los agentes del Seprona actuaron entonces con celeridad para depositar los ejemplares en un depósito de de agua. Se contactó con un centro de acuicultura en Badajoz, que recibió los animales en condiciones óptimas.
La experiencia con este tipo de envíos comerciales ilegales ha permitido averiguar que existen organizaciones ilegales con origen en el continente asiático que contratan personas, normalmente en situación vulnerable, que se prestan a trasladar las maletas con angulas hasta sus destinos finales en Asia por rutas indirectas para no levantar sospechas.
Para conseguir que sobrevivan el mayor número de angulas a un viaje que puede llevar hasta dos días, las maletas son preparadas meticulosamente, añadiendo oxígeno puro al interior de las bolsas y metiendo hielo seco en las mismas. La anguila europea (anguilla anguilla) está en peligro de extinción, por lo que el detenido se enfrenta a penas que pueden acarrear desde prisión a multas millonarias.
Las angulas rescatadas arrojaron un peso neto de 13.140 gramos, y su valoración en destino pueden rondar los 90.000 euros, seis veces más que en el circuito legal europeo.