El consejero delegado de Airbus, Guillaume Faury, reafirmó este jueves su compromiso con el programa del avión de transporte militar A400M, que se ensambla en Sevilla, que hasta ahora ha sido un pozo financiero para el grupo europeo, que ha tenido que establecer una enésima provisión en sus cuentas de 2022.
En la presentación a la prensa de los resultados anuales del grupo aeronáutico europeo en su sede en Toulouse, Faury se mostró esperanzado con el futuro comercial del A400M, y subrayó que están trabajando con perspectivas de exportación y también con los clientes actuales para cumplir con los objetivos en el desarrollo de las capacidades del aparato.
Sobre todo, insistió en que es un avión que se hizo "muy visible y de forma muy positiva" durante las evacuaciones que se llevaron a cabo en Kabul en el verano de 2021 con la toma del poder en la capital afgana por parte de los talibanes.
Señaló que entonces quedó claro para todos los operadores militares en el mundo que el A400M tiene "unas capacidades únicas" para la gestión de misiones críticas en lugares muy alejados de las bases: "creemos que son unas capacidades necesarias".
El consejero delegado no dio pistas de países a los que se podría vender este avión. Los últimos contratos para la exportación se consiguieron en 2021, con una venta de dos unidades para Indonesia y otras dos para Kazajistán.
El pasado año se entregaron 10 aviones, lo que supone un aumento con respecto a los 8 de 2021. Airbus no se ha querido fijar ningún objetivo cifrado para 2023, aunque Faury reafirmó la voluntad de cumplir los compromisos de la empresa con sus clientes.
Están pendientes de entrega actualmente 116 de las 178 unidades que se han encargado en este programa, la mayor parte por parte de los países que lo lanzaron: Alemania, Francia, Reino Unido, Turquía, España, Bélgica y Luxemburgo.
Fuera de esa lista, se ha exportado a Malasia (4 unidades que ya se han entregado) a Indonesia y a Kazajistán.
El Reino Unido ha manifestado su intención de incrementar su pedido inicial, que era de 22 unidades.
En las cuentas de 2022, Airbus ha tenido que incorporar una nueva provisión de 477 millones de euros por el A400M, atribuido al impacto de la inflación y a ajustes en el desarrollo de capacidades por las que se ha comprometido con sus clientes.
La de este año es una más de las cargas atribuidas a ese programa, que suman en total más de 10.000 millones de euros, lo que hace difícil pensar que se pueda rentabilizar algún día, al menos a corto o medio plazo.