La Casa de la Moneda se incorpora a los edificios emblemáticos de Sevilla que tendrán un uso turístico. Emblemáticos centros comerciales (Vilima o El Corte Inglés), antiguas sedes de bancos (Banco de Andalucía) o incluso de sindicatos (CCOO), casas señoriales (Monsalves), antiguos conventos (San Agustín) o edificios de oficinas (República Argentina) se han transformado en los últimos tiempos en hoteles o establecimientos boutique que en muchos casos han contribuido a recuperar o mantener construcciones históricas de la ciudad.
Ahora Comisión Provincial de Patrimonio Histórico de Sevilla, adscrita a la Consejería de Cultura, ha dado el visto bueno al cambio de uso de viviendas a pisos turísticos a las diez que había proyectado, junto con el bar y el local comercial, la promotora Nauticalia S.L. en la antigua ceca junto a la Torre de la Plata de Sevilla.
Así, la comisión ha informado favorablemente sobre la propuesta de actuación recogida en el reformado de proyecto básico y de rehabilitación del edificio de la antigua Casa de la Moneda, correspondiente a los números 3, 5 y 7 de la calle Adolfo Rodríguez Jurado y caracterizado por su notable portada de Sebastián Van der Borcht, para sustituir los usos de vivienda por “apartamentos turísticos”, según un acuerdo de dicho organismo recogido por Europa Press.
BIC y con obras polémicas
El edificio fue declarado en 1970 como monumento histórico y artístico, gozando de protección como bien de interés cultural (BIC) y figurando además en la “zona de amortiguamiento” delimitada respecto a los monumentos de Sevilla declarados como Patrimonio Mundial, es decir la Catedral, los Reales Alcázares y el Archivo General de Indias.
Este edificio del conjunto arquitectónico de la antigua Casa de la Moneda, -recinto construido a partir de las edificaciones de las Atarazanas de los Caballeros, objeto de diversas reformas en el siglo XVIII y declarado bien de interés cultural (BIC)-, fue sometido hace años a un proyecto de obras destinado a habilitar viviendas en el inmueble.
Las actuaciones fueron paralizadas a comienzos de 2011, después de que una inspección se saldase con el descubrimiento de que los trabajos habían incluido la demolición de elementos arquitectónicos abarcados por la protección del recinto como bien de interés cultural. La inspección terminó finalmente con la condena del arquitecto y del promotor de las obras a seis meses de cárcel por un delito contra el patrimonio histórico.
Según aquella sentencia condenatoria, las obras paralizadas habían supuesto la demolición de “unidades estratigráficas del siglo XVIII correspondientes a la reforma de Sebastián Van der Borcht, del siglo XIX correspondientes a la reforma de José Gómez Otero y un aparejo de los siglos XIX y XX”, entre otros aspectos.
La compra del edificio
El edificio, propiedad de la familia Marañón, fue comprado por 3,5 millones de euros por la empresa madrileña Nauticalia, quien encargó el proyecto de rehabilitación al rquitecto sevillano Javier Betancourt. Y han sido varias los pronunciamientos que han tenido la Comisión de Patrimonio al respecto.
Así, en julio de 2019 diferentes resoluciones aprobaban “el reformado y actualización del proyecto básico y de ejecución de adecuación para bar” de uno de los locales de la planta baja de este inmueble e informando favorablemente respecto a la documentación complementaria presentada por la sociedad Patio del Tesorero, para el proyecto de adecuación de un local para un “despacho profesional”.
También se revisaba en esas fechas el reformado del proyecto básico y de ejecución promovido por la entidad La Moneda Apartamentos para el edificio, solicitando “un proyecto de ejecución que dé respuesta” a “consideraciones” como un ajuste de la superficie construida del ático a la autorizada en 2009, pues el documento en cuestión computaba casi dos metros más, reconstruyendo la unidad estratigráfica 14 “tal y como se autorizó” inicialmente.
Poco después, la Comisión de Patrimonio avalaba el documento complementario entregado por la empresa promotora, concluyendo que “la documentación presentada da respuesta a las consideraciones realizadas”.
Además, La Junta de Andalucía también solicitaba información adicional respecto al tratamiento previsto para la fachada, uno de los elementos más significativos del diseño de Sebastián Van der Borcht, una actuación que ya ha concluido con el visto bueno de la Junta.