Eduardo Lobillo, San José de Calasanz y Azorín han sido objeto de una serie de reformas que desde su dirección se habían detectado como necesarias, y que fueron puestas en conocimiento de la delegación municipal de Educación, que ha aprovechado el verano para dejar estos centros en un punto óptimo de estado para la comodidad de alumnos, profesores y padres.
La delegada de Educación, Auxiliadora Izquierdo, visitaba en compañía de la directiva de cada uno de los centros los edificios para constatar el estado de las reformas y asegurarse de que todo lo proyectado se ha llevado a cabo correctamente, a cargo de la empresa municipal Aremsa y de la delegación de Servicios Municipales.
Los operarios de los planes Incluye e Integra, dos planes de empleo puestos en marcha por el Ayuntamiento para ayudar a colectivos con riesgo de exclusión social y con especiales dificultades familiares y económicas, han tenido también una parte importante de responsabilidad en los arreglos de estos colegios, que en algunos casos, como en el de San José de Calasanz, han podido solucionar algunas necesidades como el cambio del portón de entrada a la zona de recreo y de recogida diaria de los alumnos así como un necesario arreglo de la fachada del centro, que se encontraba especialmente deteriorada causando filtraciones y humedades, y que ha supuesto una inversión municipal de unos 20.000 euros.