Las mujeres de Izquierda Unida de Sanlúcar pasearon por las calles de Madrid el 7-N, tiñéndolas de color lila y reivindicando con aires festivos el cambio necesario y urgente para que las mujeres “podamos vivir con dignidad y libres de todo tipo de violencia”.
Este grupo político resalta que fue un viaje duro, la mayoría se desplazó en autobús de ida y vuelta, pero “mereció la pena, mereció la pena poder alzar nuestra voz contra esa sociedad que tolera la desigualdad, contra el machismo heredado del represivo sistema patriarcal, contra los feminicidios, contra el sistema capitalista que nos oprime, nos ningunea y cosifica”.
Destaca que lo mejor de esta gran manifestación, no fue el número de personas, incontables, no había llegado la cabecera a la Plaza de España, cuando la cola todavía seguía por Cibeles, fue la gran cantidad de mujeres y hombres, muchos jóvenes de ambos sexos que se movían con pancartas y gritando consignas como “si nos tocan a una, nos tocan a todas”, “no se han muerto, las han asesinado”, gritos contra la conferencia episcopal, voces exigiendo al gobierno medidas contundente en educación, prevención y atención a las violencias machistas.
Hace hincapié en que “esta experiencia de saber que no estamos solas, nos ha llenado de fuerza, de empoderamiento para seguir luchando desde el Área de la Mujer de Izquierda Unida y desde todas las asociaciones feministas donde militamos por unas leyes más justas, por un compromiso real para la apuesta de una igualdad integral, exigiendo al gobierno central, al autonómico y al municipal, que esa apuesta se materialice en presupuestos, en recursos materiales tangibles, pues consideramos que violencia es también recortar en Servicios Públicos, es expulsar a las mujeres del mundo laboral, arrastrándolas así a la temporalidad y precariedad; es recortar en salud sexual y reproductiva; es reducir el número de casas de acogida para mujeres víctimas de violencia de género; es promover la educación que segrega por sexos (y que no atiende a principios básicos como el de la coeducación y a la educación en Igualdad); es aumentar las tasas judiciales; es el lenguaje sexista que no únicamente se emplea en la calle, sino también en las intervenciones públicas de quienes nos gobiernan o también en los medios de comunicación; es la publicidad denigrante de la mujer que observamos cotidianamente en anuncios y establecimientos comerciales; es, por supuesto, el asesinato violento, en definitiva, para que las mujeres no sean ni más ni menos que el hombre y lo sean con la libertad, la autonomía, la independencia y la dignidad que le son inherentes como persona”.
Lamenta que “el machismo mata, y la cura de esta enfermedad, de esta lacra, está en el feminismo, que es una filosofía que lucha desde el siglo XVIII por algo tan simple como es la igualdad de los sexos”.
Puntualiza que “en estos días en los que parece que se están recrudeciendo los crímenes machistas, queremos hacer un llamamiento a cada persona, a cada institución, a cada partido político, a cada gobierno para no sean cómplices de esta barbarie”.
Quiere recordarle al Ayuntamiento los acuerdos del Pleno, aprobados por unanimidad el 27 de octubre, para que se hagan efectivos.