El tiempo en: El Condado

San Fernando

La Asociación de Geriatría y Gerocultura desaparece este mes si no ocurre un milagro

La pandemia ha provocado un paréntesis de año y medio de actividad y la caída de las cuotas de los socios que impide pagar el alquiler del local social.

Publicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Cargando el reproductor....

Treinta años funcionando para los mayores de San Fernando. Treinta años en los que como cualquier otra asociación que se nutre de las cuotas de los socios ha pasado los baches propios de la actividad, pero se ha mantenido con una magnífica oferta de actividades.

La Asociación de Geriatría y Gerocultura, sin embargo, tiene los días contados. Y se habla de días porque el 1 de septiembre tienen que abandonar el local que ocupan en uno de los pasajes de la avenida Reyes Católicos por no poder pagar el alquiler que siempre han pagado.

El detonante de esta situación ha sido la pandemia, la imposibilidad de funcionar -mucho menos en un sector de riesgo- y por ende, la caída de los pagos de tres euros que hacen imposible hacer frente al alquiler de 600 euros mensuales que les cuesta el local.

Cierto es que el propietario ha aguantado estoicamente este año y medio de pandemia cobrando lo que podía cobrar, pero todo tiene un final que para no ser triste tendría que contar con ayuda externa.

Han pedido ayuda al Ayuntamiento y el Ayuntamiento ha respondido con una visita de la alcaldesa al local, pero sólo eso. “La visita, las fotos… Después hicieron oídos sordos y no hemos recibido ninguna clase de ayuda aún”.

Bien es verdad que para recibir ayuda de una Administración se precisa presentar un proyecto, unas actividades y un presupuesto. “¿Pero qué proyecto vamos a presentar nosotros si no sabemos el dinero que tenemos, si van a poder venir los socios…”

Y es que las restricciones de personas impiden programar actividades que puedan ser rentables para que el centro funcione y esperar luego a recibir la ayuda toro pasado. Mucho menos cuando el problema que tienen es el “agujero” por los meses de inactividad por la pandemia que ha impedido cobrar los tres euros por socio. Si ese agujero no se tapa, es imposible seguir adelante. Y ese agujero es de unos 3.000 euros para poder asegurar el alquiler del local durante seis meses.

La pregunta es si teniendo cerca el Centro de Día de Mayores no están duplicando los servicios. Pero todo el mundo sabe que el Centro de Día de Mayores, único que existe en una ciudad de 95.000 habitantes y en una punta del término municipal, está colmando y hay listas de espera para los asociados, por lo que la Asociación de Geriatría y Gerocultura, más que duplicar el servicio, lo complementaba.

Después del 1 de septiembre, si no ocurre un milagro que con este tipo de asociaciones no suelen ocurrir, se habrá puesto fin a 30 años de historia de una asociación modélica en San Fernando, una más de las que surgieron al amparo del movimiento asociativo que regeneró la vida cotidiana de la gente de la calle y que ahora ve el futuro difícil.

La asociación de creó en junio de 1986 en la plaza Emperador Carlos. Fue aumentando lentamente el número de socios y se tuvieron que trasladar a un local de Reyes Católicos, donde todavía siguen.

El 19 de diciembre de 1991 se aprobaron los estatutos que rigen actualmente y ha contado con tres presidentes, José Andrés Cano, José Rodríguez y Leonardo Talante. Este último dimitió a raíz de la pandemia poniéndose al frente de la entidad José Rodríguez y creando una junta gestora hasta el día de hoy.

La entidad ha desarrollado múltiples actividades para los mayores, como gimnasia, bailes, manualidades, juegos de mesa, excursiones… Los socios han disfrutado de fiestas de Reyes con sus regalos, fiestas de carnavales y un sinfín de entretenimientos haciéndoles sus días más amenos.

Han tenido concursos de fotografía, pintura y poesía a nivel nacional, todos con temática basada en las personas mayores y se conservan pinturas y fotografías en la entidad. Y que es otro problema, porque ahora no tienen dónde guardarlas si finalmente cierran el local.

“La pandemia ha causado un gran deterioro sobreviviendo a duras penas con los tres euros al mes de cuotas que pagaban algunos socios y con la ayuda de los dueños del local que han colaborado rebajando bastante el alquiler, por lo que aprovechamos para darles las gracias”, dice María José Vela Carrasco, encargada de los asuntos sociales en la gestora que dirige por ahora la entidad.

“Si en diez días no recibimos ningún apoyo, esta entidad que dio tantos días de gloria a nuestros mayores morirá el uno de septiembre”.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN