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San Fernando

Una solución, la que sea

No han pormenorizado el proyecto presentado pero todo indica que hay acuerdo. Y eso ya es mucho.

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La cuestión está ya en la solución final antes que en lo ocurrido hasta ahora, entre otras cosas porque si la diatriba se centra en las vicisitudes del proyecto del tranvía los políticos podrían estar años reprochándose cosas, creando más problemas y no solucionando nada.

Y ahí también hay que incidir, analizando las declaraciones del delegado territorial de Fomento, Manuel Cárdenas. Se trata también de que la ciudadanía entienda que dos administraciones pueden llegar a acuerdos que redunden en beneficio de la colectividad, al contrario de lo que viene ocurriendo en los últimos años.

Con esas dos premisas -cuya veracidad y consistencia se les suponen- parece haber comenzado la cuenta atrás no sólo para que la calle Real deje de ser un peligro público y además armonice las aspiraciones de más ciudadanos con una vía semipeatonal con todas las consecuencias, sino para que el proyecto del tranvía recobre la credibilidad al menos de aquellos que un día apostaron por este medio de transporte. Y que posiblemente sigan apostando por él si el cabreo generalizado les permite aún separar las bondades de un proyecto de las incompetencia de quienes tenían la misión de llevarlo a cabo.

Una solución, la que sea, la que permita que se puedan comprobar las bondades o maldades del tren- tranvía, o del no es un tranvía, es un tren de cercanías. Una solución que no sea una chapuza y sobre todo que sea todo lo duradera que tiene que ser una obra de infraestructura, máxime una calle que más tarde o más temprano se estropea y hay que arreglarla, pero en unos plazos razonables.
Ninguna de las partes ha pormenorizado la solución, pero ambas parecen estar de acuerdo. Y eso sí que es un adelanto.

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