Las marchas de la Banda Sinfónica Municipal de San Fernando, con la dirección de Alberto Devesa García, iba creando el clima y aliviando la espera para que el pregón de la Semana Santa isleña, a cargo del Padre Alfonso Gutiérrez Estudillo, arcipreste de San Fernando, anticipara esa salida de la primera cruz de guía el próximo domingo.
El rezo del ángelus marcó el inicio del pregón, pero no fue un rezo cualquiera. En esta ocasión, el pregonero quiso tener muy presente a las monjas de clausura, y fueron las Madres Capuchinas, las que mediante una grabación llevaron a cabo este rezo. Era un hecho palpable del apoyo que el Padre Alfonso Gutiérrez Estudillo da a la oración de las monjas de clausura.
La marcha Estrella Lasaliana, de Agripino Lozano, elegida por el pregonero como recuerdo de su etapa en La Salle y en la hermandad de Cristo Rey, fue el prolegómeno para su presentación, que estuvo a cargo de Juan José Carrera Rojas, miembro de la Permanente del Consejo de Hermandades, pregonero de la Semana Santa de 2011 y amigo personal.
El vicario general de Pastoral de diócesis de Cádiz y Ceuta, Fernando Campos Rosa, junto al alcalde José Loaiza; el Almirante de la Carraca, Vicente Querol Pagán y el General del TEAR, Jesús Manuel Vicente Fernández, junto al presidente del Consejo de Hermandades, José Manuel Rivera Barrera, completaban una presidencia compuesta además por miembros de la permanente del Consejo.
Juan José Carrera habló del pregonero y de su infancia. “A su 37 primaveras, conserva la alegría y la ilusión de los niños”. Describió cómo aprendió los valores de la convivencia en su bloque de la calle Benjamín López. Presentó al pregonero como persona, “tan extraordinariamente carismática” , y añadió “alguien que está hecho con estos mimbres, jamás puede pasar desapercibido”, destacó.
El presentador del pregonero, valoró las cualidades comunicativas del pregonero, y añadió, “huye de los grandes sermones, e intenta ser instrumento del Señor”. En “Una sociedad de la que nunca se ha escondido, ni de la que ha querido huir. Por eso no tiene prejuicios para aceptar a todas las personas tal como son”, resaltó.
Carrera Rojas recordó una palabras de Pablo Quijano en torno al Padre Alfonso, en el que resaltaba que “Alfonso no es un cura cofrade, sino un cofrade cura”, en referencia a sus orígenes cofrades.
Una escultura de Alfonso Berraquero sobre la fe, se mostraba en el escenario del Real Teatro de Las Cortes, paralelo al atril donde el pregonero anunció la llegada de la Semana Santa.
La marcha Amarguras, de Font de Anta, clásica en este pregón de la Semana Santa isleña, dio paso a la palabra del pregonero.
El pregón de la Semana Santa de 2013
El Padre Alfonso Gutiérrez Estudillo habló de su bautismo en la Pastora y de su ordenación en el Carmen. “Soy sacerdote y soy cofrade”, manifestó. “Creo Señor que tú eres el Hijo de Dios nacido de las purísimas entrañas de María Santísima. Creo en tu grandeza, mostrando tu gran poder en la debilidad, acercándote al pobre y al pecador, a la prostituta y al publicano, ya todos dar motivos para creer”, manifestó.
Todo fue una exposición de la profunda fe en Cristo, en un año declarado por Benedicto XVI como Año de la Fe, con la que el pregonero remató con palabras: “Por todo eso creo en que al tercer día resucitó tu aliento, para colmar nuestras vidas con tu vida”. “Vengo a proclamar mi fe desde la estola y el alba y el hábito nazareno. Gracias Dios mío gracias, porque nací en tu reino y porque sembraste en mi pecho esta fe que me desborda”, concluyó.
El pregonero dio muestras de su sorpresa por su nombramiento y habló de la hermandad como escuela de oración y contemplación, recordando sus vivencias en la hermandad de Cristo Rey, recordando a miembros de la hermandad que compartieron su etapa cofrade. Para los que están y los que ya no están. Y por eso, pidió la compañía de la Virgen de la Estrella y del lema de la hermandad de la Borriquita, ‘Signum Fidei’, que venía a sumarse a la línea de defensa de la fe que permaneció durante todo el pregón.
“La fe es la certeza de lo que se espera, y la evidencia de lo que no se ve” manifestó. Valoró a padres y abuelos que han propiciado la fe entre sus descendientes. “Ellos y ellas fueron los que nos decían susurrándonos al oído y poniendo las manos en nuestros labios, dale un besito al Señor”.
Puso como ejemplo a un cofrade y cargador como Diego Gutiérrez ‘El Boba’, fundador de San Vicente de Paúl, en sus comienzos. “El veía a diario las cruces que pesaban sobre muchos de sus vecinos”. Diego era mi padre, de su entrega me llegó la fe al alma, me llegó al corazón la vocación cristiana, y me llevó a ser sacerdote”, tras lo que inició una conversación con su padre al compás de la marcha Estrella Lasaliana. “Papá, tu fe es mi propia fe, gracias por hacerme ver que la carga o el trabajo en la cofradía, tiene que estar siempre cuajado de gestos de amor. La caridad es el signo, un abrazo, una palabra, sirven si no tienes nada. Compartir tus alimentos, como Cristo siempre ama desde la cruz y la lealtad. Quiero que sigas siempre iluminando el camino de este cofrade, como tu ayudastes padre y me enseñaste a amar”, concluyó embargado por la emoción y ante un fuerte aplauso del público.
Recordando el Evangelio y a los apóstoles, y el mandamiento de amor de Cristo, valorando al mismo tiempo el sacramento de la eucaristía. ”No puede haber fe, ni cristiano, ni tanto creyente si no se celebra la fe, si no somos conscientes de la celebración del domingo y de la importancia de la eucaristía”, señaló.
El dicho popular de “El domingo: camisa, mesa y misa” se hizo valer como la alegría compartida del domingo como día especial. Y el pregonero tuvo palabras para los cofrades. En este sentido, manifestó que “Los hermanos cofrades tenemos un papel muy importante que realizar, en la labor de revitalizar el domingo. Hermano cofrade, nada tiene sentido si no es por y con el Señor, en la eucaristía”. Deberíamos comprometernos a formar parte de un turno de oración ante el sagrario, no debería estar solo el Señor. Desde este atril te invito a que recuperes esta tradición que siempre nos ha destacado, amar a la eucaristía, compartirá en la parroquia, y después convivir todos juntos. Esa palabra hermosa que es hermandad. Debemos vivir ese encuentro semanal no como una obligación, sino como un encuentro alegre y festivo entre los amigos”, declaró, mientras la Coral Logar de la Puente aportaba solemnidad para que el pregonero siguiera animando a los cofrades a dar testimonio en el sagrario y el domingo. “Tu vida ha de soñar no sólo con el mecío de tu paso y de los valores tenso, Vela hermano y ora, ante el Santísimo Sacramento y verás cómo te inunda la verdad del Dios eterno. Se cofrade y sé cristiano, no separes los conceptos. Que no esté solo el sagrario, alúmbralo un año entero”, resaltó.
La figura de María puesta como ejemplo y la figura de San José, tampoco faltaron en un pregón, donde el pregonero recordó a su hermandad del Rocío, que esta mañana celebran su misa anual en Almonte. Y tras ello, la figura de María fue destacada con la Divina Pastora de las Almas, en unos valores de María donde no faltó tampoco la Virgen de los Ángeles, pequeña imagen y patrona de la barriada Bazán, por lo que la Coral Logar de la Puente volvió a intervenir con un solo de flauta y órgano aportando una banda sonora muy especial a la intervención del pregonero con el Ave María.
Un recorrido con tintes cofrades sobre las dolorosas isleñas con el Ave María de fondo, dio muestras del fervor mariano del pregonero y de La Isla.
La figura y la Pasión de Cristo fue el siguiente capítulo de un pregón, donde el pregonero puso en valor la importancia de la cruz y la figura de Cristo. En su recorrido por los titulares de las hermandades isleñas, no faltó tampoco la referencia a la hermandad de la Vera-Cruz.
Una cita para el Miércoles Santo con Vera-Cruz
Sobre esta hermandad del Miércoles Santo, el pregonero apeló al compromiso con la Vera-Cruz, e instó a los cofrades a arrodillarse el Miércoles Santo al final de la calle Ancha y besar la reliquia del Lignum Crucis, haciendo un llamamiento también a la hermandad de Santa Elena en este momento por su vinculación. "Que la hermandad de la Vera-Cruz sufra este año un parón en su recorrido. Un parón en la Fe, por encima de tantos problemas", subrayó.
El arcipreste recordó que "con el encuentro con el Resucitado, a los discípulos se les abrieron los ojos. Sólo con unos ojos llenos de fe arderá nuestro corazón con el encuentro del Resucitado. Sólo desde una vida llena de fe, surgirá en nosotros el celo por comunicar que Cristo ha resucitado y vive para siempre. Todo cobra sentido desde la experiencia de la Resurrección".
El pregón estuvo basado en pilares como la familia, la eucaristía, la hermandad, la caridad y la cruz.
Y no faltó tampoco el recuerdo en el pregón al cofrade Luis de Celis, “cofrade de la Caridad que ha estado muy cerca de la muerte”, por lo que el Padre Alfonso Gutiérrez, puso en valor el ver cómo “sus hermanos de Caridad han estado muy pendientes de él en todo el momento, esperando los partes médicos, haciendo guardias en la UCI o dándole compañía en el hospital. Gracias por el ejemplo de hermandad. Cuando llegue el Martes Santo la Virgen no llorará, porque sus hijos calmaron la heridita del puñal, por el amor que soltaron sus hijos. Felicidades hermanos y que cunda vuestra entrega y que Luis pronto venga a rezarle a la Iglesia, a su madre tan hermosa, Señora de la Caridad”.
Lo más destacado de la carta Porta Fidei de Benedicto XVI y el compromiso de las hermandades con este Año de la Fe, fue algo muy valorado, junto con iniciativas formativas y caritativas, por parte del pregonero.
"Este pregón no puede quedarse sólo en palabras, sino en un gesto público que nos mostrara la identidad del cristiano para ayudar a Cáritas Arciprestal, con la pulsera blanca 'soy cristiano, testimonio mi fe'. Así es la fe, si no tienes obras, está muerta por dentro", manifestó el pregonero.
El arcipreste de San Fernando, declaró que "este pregonero quiere ser vocero de los que no tienen voz, de los pobres y desvalidos. Gracias por vuestra entrega, por vuestro trabajo, por vuestro altruismo y servicio, por tantas obras de misericordia, gracias a todos los que habéis colaborado conmigo en esta campaña, gracias por vuestra implicación y por hacer que este pregón no se haya quedado sólo en palabras, sino en una escuela de amor, de nuestro cumplimiento con la caridad".
Y con una defensa del cofrade, el pregonero puso el final a su pregón. "Somos cofrades, que sí que queremos serlo, porque vivimos un año de trabajo y de oración. Ese camino, la senda de los cofrades que viven en Cristo y María. Que somos cofrade y queremos serlo, por eso lanzo desde mi corazón un beso por todos esos cofrades que mantienen viva la tradición",concluyó con el fuerte aplauso del público, hacia un pregón muy cofrade, cargado de grandes testimonios de fe.