Que va a ser una Feria del Carmen y de la Sal distinta no cabe ninguna duda. Principalmente porque el recinto no es el de la Magdalena donde está todo consolidado y hay espacio suficiente.
Pero principalmente porque se está demostrando que la imaginación para sortear los problemas -que siempre es una virtud- no falta, con más o menos acierto y con más o menos alternativas a lo que hay sobre la mesa.
Uno de los grandes problemas era la ubicación de las casetas para los jóvenes cuando en el Parque Almirante Laulhé apenas caben una treintena -con patos o sin patos, aunque los quitarán para que no se estresen- y se ha hecho encaje de bolillos con las baremaciones.
Quizá ese sea el menor de los inconvenientes porque en los últimos años había menos casetas y todo hacia pensar en que se iban a quedar la Municipal, la de los partidos, la del Borreguito para ganar el premio de exornos y el puesto de chocolate con churros.
Pero en un espacio tan reducido era complicado de principio ubicar las casetas tradicionales con las del reguetón y todo lo que acarrea. Y aún está por saber -que eso no lo organiza el Ayuntamiento- dónde se instalarán las botellonas porque los jóvenes son imprevisibles.
El Ayuntamiento ha llegado a una solución que puede ser criticable porque aquí se critica todo, pero ni Salomón en su gloria e infinita sabiduría hubiera ideado la fórmula que se propone desde el Gobierno municipal, Delegación de Fiestas en concreto y los consejos asesores con los que cuenten.
‘Fisti, fisti’
Cuando el Ayuntamiento dice en una nota de prensa que la población juvenil de San Fernando “contará con un gran espacio para el ocio y la diversión en el auditorio del Parque Almirante Lauhlé durante la celebración de la Feria del Carmen y la Sal” sólo está diciendo la mitad de la original propuesta.
La otra mitad es que las instalaciones albergarán una “doble propuesta”, ya que durante el día y las primeras horas de la noche acogerá un ambiente más familiar y tradicional, con servicio de restauración, actuaciones de academias y grupos flamencos y diferentes eventos y actos institucionales.
El espacio exclusivo para los jóvenes -se supone que a un sesentón al que le vaya la marcha podrá quedarse- estará operativo a partir de las 00.30 horas pasando de las sevillanas y el baile de las academias -bendita decisión, por la gran labor que hacer todo el año- a la música que escuchan y bailan los jóvenes y a las actuaciones en directo conocidas y de todo tipo acorde a sus gustos. O pinchadiscos o un grupo peleón, lo que estime el adjudicatario.
Para ello, el Consistorio ha sacado a licitación estos días el pliego para la gestión de la caseta municipal, que se llamará El Auditorio, y que se ubicará en el espacio del anfiteatro del Parque Almirante Lauhlé en el que ya se instaló el pasado mes de febrero la Gran Plaza del Carnaval de la Isla.
Entrada libre
De esta forma, la Feria del Carmen y la Sal contará con un lugar con un amplísimo aforo en el que los jóvenes de San Fernando dispondrán de su espacio propio con un amplio aforo, pensado especialmente para ellos, y gestionado por empresas con experiencia en el ocio juvenil.
La entrada a El Auditorio será libre, y está previsto que la música y las actuaciones que albergue no afecten al resto de casetas del recinto ferial del Parque Almirante Lauhlé, que contarán con música unificada. Ardua tarea.
Pero hay más problemas que solucionar y en éstos no se permite el uso de la imaginación. El Ayuntamiento de San Fernando ha tenido que sacar a concurso los equipamientos de la feria y volverlos a sacar porque la primera de las licitaciones incurrían en errores.
Eso ha obligado no sólo a retrasar la solución de inconve nientes que se puedan acabar enquistando, sino a cambiar las previsiones sobre lo que se había anunciado para esta feria “inolvidable”, que decía la alcaldesa, Patricia Cavada y que con toda seguridad lo va a ser. Dígase por el romanticismo de volver a la antigua Velada o porque colapse el invento, no quiera Dios.
Soluciones también hay que buscar para la zona de los cacharritos allá en Fadricas. Primero para que resistan las instalaciones de Endesa, que ya se sabe lo que ocurre en aquella zona.
Y segunda con el tema del aparcamiento cuando se llene el de Bahía Sur y los comuneros del polígono se vean asaltados por los coches de familias con niños que van sonriendo a los cacharritos y vienen llorando de los cacharritos. Pero mientras no falte la imaginación...