González-Sinde, que hizo pública esta medida durante la presentación en la Biblioteca Nacional (BNE) del Proyecto Enclave, que permitirá consultar a través de su página obras en catálogo sujetas a derechos de autor, aseguró que la reducción es “algo más que un importante estímulo a la industria”, es, además, “un giro hacia la sostenibilidad” y hacia “los nuevos retos”.
Cultura satisface así la demanda del sector editorial, que entiende que el libro electrónico, que representa ya el 8% de la producción editorial en España y del que en cinco años podrían venderse más de 3 millones de unidades, debe tener la misma consideración que el impreso.
El director de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Antonio María Ávila, explicó a los medios al término del acto en la BNE, que se trata de la respuesta a una “consulta vinculante” respaldada por la definición de “libro” y de una directiva comunitaria aprobada en mayo que modifica y permite que se cambien los tipos de IVA para suministro electrónico.
“Es el resultado de una larga lucha que venimos sosteniendo para que el libro digital tenga la misma tributación que el resto de libros y no la de prestación de servicios”, detalló Ávila, que precisó que la decisión se la notificaron el pasado 10 de diciembre y que lleva fecha del 4 diciembre, día desde el que es efectiva.
Para su aplicación, comentó, no hay que modificar “ninguna ley” porque se trata de una interpretación del concepto de libro de la ley del IVA para adecuarlo tanto a la citada directiva comunitaria como a la definición de “libro”, la de la RAE y la contenida en la Ley del Libro, de la Lectura y de la Biblioteca.