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Punta Umbría

?ColorDansa? pone a bailar el imaginario y los personajes de Serrat

La Tieta, La Carmeta, Benito, Tío Alberto, Merceditas del Curro el Palmo o la cara dura de Los Macarras de la Moral son algunos de los personajes del imaginario de Joan Manuel Serrat que ColorDansa pone a bailar en el espectáculo Serrat Balla, que se podrá ver en el Tívoli a partir del día 20.

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La Tieta, La Carmeta, Benito, Tío Alberto, Merceditas del Curro el Palmo o la cara dura de Los Macarras de la Moral son algunos de los personajes del imaginario de Joan Manuel Serrat que ColorDansa pone a bailar en el espectáculo Serrat Balla, que se podrá ver en el Tívoli a partir del día 20. 

Serrat Balla es una coreografía de Mudit Grau, una obra de movimiento interpretada por ocho bailarines, que permanecerá en la cartelera del teatro barcelonés hasta el 31 de mayo. Al frente de ColorDansa, la coreógrafa ha creado un espectáculo que ya recibió el visto bueno de Serrat, amante de la danza y conocedor del trabajo de esta compañía, que se mostró “encantado de la vida”, dijo Grau, de que sus canciones se bailen. 

ColorDansa bailará hasta el 31 de mayo en el Tívoli las canciones y el imaginario de los personajes serratianos al ritmo de flamenco, danza contemporánea, clásica, flamenco y hip-hop. Para ese trabajo, Mudit Grau escogió veintiséis temas de Serrat y acortó media hora la coreografía . Por cuestiones de ritmo, Serrat Balla tiene ahora una duración de 90 minutos y no incluirá canciones como La señora o La tieta. 

Sí bailarán los tres intérpretes masculinos y los cinco femeninos temas emblemáticos como Mediterráneo, Tío Alberto, Benito, Pregaria y Res no es mesquí, de Salvat Papasseit, o Contar conmigo, de Mario Benedetti. 

En el escenario sonarán canciones escritas por Serrat, cantadas por él o versionadas, como es el caso de Poema de Amor, interpretada por Lole, o Lucía, por Rosario Flores. 

La idea ha sido la de “crear un ambiente serratiano”, señaló Grau, ya que el cantautor “te permite visualizar lo que canta. Yo misma –confesó– me dormía con sus canciones y las imágenes de lo que sonaba”. 

Los bailarines interpretan los temas a partir de una escenografía que van colgando en el escenario ellos mismo, un atrezzo que utilizan a medida que colocan y descuelgan objetos de todo tipo. Para crear el imaginario de Los Macarras de la Moral, los bailarines hacen aparecer en el escenario un triciclo o un coche de carreras.

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