Sánchez Ruipérez (Peñaranda de Bracamonte, Salamanca, 1926), fundador de la editorial Anaya y de la Fundación que lleva su nombre desde 1983, está a punto de ver en marcha este proyecto, pero antes, y como uno de los empresarios mas importantes del panorama cultural, con más de 150 empresas creadas, en España, Europa, Estados Unidos y América, asegura que "el mecenazgo es imprescindible para una sociedad moderna que quiera fortalecerse y crecer".
"El marco legislativo del mecenazgo en España tiene que ser modificado y para ello es prioritario dotar a la ley de incentivos que permitan su desarrollo. Y un ejemplo -explica a Efe el editor- sería elevar al 50 por ciento el porcentaje de deducción de las donaciones realizadas por los sujetos pasivos de Impuestos sobre Sociedades y del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, fijado actualmente en el 35 y 25 por ciento".
Pero, además de sus recomendaciones a este respecto, este gran mecenas salmantino acaba de lanzar un reto a la crisis y ha invertido con su Fundación 30 millones de euros en este ambicioso proyecto en torno al libro, que ocupa más de 700 metros cuadrados en las madrileñas naves del Matadero.
Un espacio intervenido, para la cultura, al lado de Manzanares, que tiene ciertos paralelismos con el área de "Southwark" de Londres, donde está la Tate Moderm.
Casa del Libro será un I+D de la lectura que dirigirá el escritor y ex ministro de Cultura César Antonio Molina, y que nace en palabras del creador del diario "El Sol" y primer presidente de Telecinco, "para ayudar a construir enlaces entre la lectura de siempre y las nuevas y apasionantes formas lectoras que ya apuntan".
"Este proyecto quiere mostrar y difundir el valor estratégico de la lectura, fundamento siempre de progreso. Y nace para que la sociedad apueste comprometidamente por la creación de ciudadanos con pensamiento libre e independiente. Con capacidad de análisis, de criterio para elegir, seleccionar, valorar, asimilar y compartir. Es decir: para ser lectores", subraya Sánchez Ruipérez, a quien el persigue el lema: "quiero devolver a la vida y al libro lo que la vida y el libro me dieron a mi".
Este centro que estudiará los diferentes hábitos de la lectura dará tanta importancia a la palabra como a la imagen, al libro impreso como al electrónico. "Casa del Lector reafirma y enriquece la apuesta por la lectura pero en una renovación semántica del concepto más contemporáneo, porque leer es más que palabra y texto. Leer también es necesario en el campo de la imagen, del arte, la historia o la ciencia", sostiene el empresario.
Así es que del reto digital y de la revolución en el mundo editorial que éste conlleva, este emprendedor de 84 años, que comenzó de joven en la librería de la familia, Cervantes, en Salamanca,es muy consciente.
"Estamos ante una transición histórica que modificará sustancialmente el concepto del libro, pero para ampliarlo y dotarlo de nueva y fascinantes cualidades. En mi humilde opinión, la edición en papel no va a desaparecer, pero habrá un crecimiento espectacular e ininterrumpido de la edición electrónica", argumenta el editor.
"Y no olvidemos -precisa- que el libro tal y como lo hemos conocido a lo largo de los últimos siglos, también ha sido un producto de la tecnología, una tecnología que todavía en fase preliminar de desarrollo, ¿Que serán capaces de ofrecernos cuando alcance la madurez?", se pregunta.
Sánchez Ruipérez cree que hoy todavía los contenidos son escasos aunque terminarán por llegar. "Ya no tendremos la línea de texto convencional. El hipertexto será el formato habitual. Y junto a él, diversas ofertas informativas: música, imagen estática o en movimiento y otras imposibles de alcanzar con el papel, añade.
El jueves este librero, hijo de padres republicanos represaliados, recibirá en su tierra natal el doctorado honoris causa por su apoyo a la industria cultural, así como por su defensa del libro y la promoción de la lectura, una distinción que dice le llena de emoción.
"Este gesto de generosidad me llena de felicidad y gratitud. Yo que por razones personales, en aquella España de dura posguerra, no pude cursar estudios universitarios, a pesar de ser lo que más deseaba, me encuentro con este título que tanto significa", concluye.