Preocupante el momento de Uceda Leal, que si bien es cierto que apechó con el peor lote. Todo lo que hizo el madrileño fue tirar líneas, que vienen a ser simples proyectos de pases, vaciando las embestidas hacia afuera y sin dejar quietas las zapatillas.
En el cuarto, toro que iba y venía aunque con muy escaso fondo, tampoco estuvo Uceda a gusto. Sin compromiso de faena, lo mató sin más.
Peor si cabe lo que le está pasando al Cid, otro que viene tocado de atrás, sin levantar cabeza desde su paso por la última Feria de Abril de Sevilla. No tendrá queja del cariño que le dispensó el público madrileño en los primeros lances que dio en la tarde, al segundo. Se le aplaudió mucho aún con muy evidentes pasos atrás.
Ya en la muleta, enseguida le venció la desconfianza. El toro no era gran cosa,a la defensiva. De la misma manera que el torero estuvo fuera de él en todos los cites.
El remate fue en el quinto, el único toro con condiciones de verdad. Metió la cara abajo, fue pronto y se desplazó largo. Toro con carbón dejando también sus desahogos. Fue una pena ver al Cid, con lo que ha sido su mano izquierda, perdido entre las dudas y la impotencia.
Tendero fue la excepción aun sin terminar de estructurar faenas en ninguno de sus toros. Su actitud fue buena. Aunque acompañó poco el tercero, frenado y quedándose debajo, el esfuerzo del torero fue grande, colocado siempre en el sitio donde podía robar alguna de las escasas embestidas posibles.