El Gabinete de Seguridad israelí -una versión reducida del Gobierno- adoptó medidas punitivas para responder al ataque con un camión que mató hoy a cuatro soldados israelíes en Jerusalén Este y que el primer ministro, Benjamín Netanyahu, calificó de "inspirado por el Estado Islámico (EI)".
Entre otras medidas, se decidió empezar a utilizar la detención administrativa -que permite arrestar sin presentar cargos ni celebrar juicio por períodos renovables de seis meses- contra sospechosos de simpatizar con el EI, informó el diario "Haaretz".
Además, se resolvió derribar la casa de los familiares del atacante, identificado como Fadi Ahmad Hamdan al Qanbar, de 28 años, situada en el barrio de Yabal Mukaber y que fue cercada por las fuerzas de seguridad tras el violento suceso.
Nueve personas de este vecindario de Jerusalén oriental, cinco de ellas familiares de Al Qanbar, "han sido detenidas durante la operación llevada a cabo en la zona como parte de la investigación del ataque", informó a Efe el portavoz policial Micky Rosenfeld.
El Gabinete de Seguridad, convocado hoy de emergencia, también decidió rechazar los permisos de reunificación familiar solicitados por familiares de Al Qanbar para varios residentes en Cisjordania y, tal como había pedido el ministro de Seguridad Pública, Guilad Erdan, determinó que el cadáver del atacante no será entregado a su familia.
El Ejército ha identificado a los cuatro fallecidos en el ataque de hoy como tres soldados rasos y un oficial: Shir Hajaj, de 22 años, y Yael Yekutiel, Shira Tzur y Erez Ornach, todos ellos de 20.
Durante horas, la identidad de estas tres mujeres y un hombre jóvenes y el hecho de que fuesen soldados se mantuvo bajo una orden de censura, como ocurre habitualmente para que el Ejército pueda comunicar personalmente los hechos a los familiares de las víctimas.
Además de las víctimas mortales, el ataque causó 17 heridos, tres de ellos de gravedad.
El suceso tuvo lugar cuando un numeroso grupo de soldados estaba junto a un autobús en el asentamiento de Armón Hanatziv, en el territorio ocupado de Jerusalén Este, y un camión arremetió contra ellos.
Tras arrolar al grupo el atacante dio marcha atrás y volvió a golpear a algunas de las víctimas antes de ser abatido a tiros por las fuerzas de seguridad.
El atentado se enmarca en la ola de violencia que sacude la región desde octubre de 2015, de la que han sido víctimas mortales 42 israelíes y cuatro personas de otras nacionalidades.
Además, 246 palestinos han perdido la vida en este periodo, más de dos terceras partes abatidos al perpetrar ataques o supuestos ataques y el resto en enfrentamientos con las fuerzas israelíes.