Alrededor de 11.000 vecinos de Berlín fueron desalojados de sus viviendas para proceder a la desactivación de una bomba de la II Guerra Mundial de 250 kilos localizada mientras se llevaban a cabo unas obras en el barrio de Kreuzberg.
Los vecinos fueron avisados el sábado del desalojo y a lo largo de la mañana agentes de la policía recorrieron todos los edificios situados dentro del perímetro de seguridad para trasladar a quienes necesitaban ayuda y garantizar que la zona quedaba vacía.
Según informó la policía, la bomba, de fabricación estadounidense y hallada en las cercanías del Museo Judío, fue desactivada tras desconectar sus dos detonadores, que fueron explosionados.
El perímetro de seguridad obligó a interrumpir varias líneas de metro y de autobuses públicos y se mantuvo durante nueve horas, al prolongarse las operaciones de desalojo y retrasarse el trabajo de los artificieros.
De forma paralela, en la ciudad de Coblenza (oeste del país) fueron desalojados 5.000 vecinos para desactivar otra bomba que se encontró mientras se realizaban unas obras en un centro escolar.
Se trataba también de un artefacto estadounidense de la II Guerra Mundial, enterrado a cuatro metros de profundidad.
Este tipo de operaciones no es infrecuente en Alemania; la mayor evacuación hasta el momento se organizó precisamente en Coblenza en 2011, cuando alrededor de 45.000 personas tuvieron que abandonar su domicilios por seguridad tras hallarse un bomba que no había hecho explosión durante la guerra.