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El malestar islámico por la caricatura deriva en actos violentos en Pakistán

"Yo soy Mahoma", se podía leer en las pancartas de los manifestantes en la ciudad meridional de Karachi, en respuesta al lema "Yo soy Charlie" de apoyo a la revista francesa "Charlie Hebdo"

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El malestar en el mundo islámico por la publicación de caricaturas de Mahoma en medios occidentales derivó hoy en violentas protestas en Pakistán, donde al menos tres personas resultaron heridas de bala en enfrentamientos con Policía y Ejército.

"Yo soy Mahoma", se podía leer en las pancartas de los manifestantes en la ciudad meridional de Karachi, en respuesta al lema "Yo soy Charlie" de apoyo a la revista francesa "Charlie Hebdo" que publicó las caricaturas consideradas "blasfemas" por los islamistas que sirvieron como detonante para el atentado que sufrió el pasado día 7, en el que murieron doce personas.

Tras el atentados, el pasado día 14 "Charlie Hebdo" publicó un número especial en cuya portada se ve a Mahoma llorando mientras sostiene un cartel con la frase "Yo soy Charlie" y todo ello bajo el título "Está todo perdonado".

La publicación de esta portada ha vuelto a enfurecer a amplios sectores musulmanes, pues consideran que se trata de una ofensa al profeta, al que, según la norma islámica, no se puede representar gráficamente.

Más de una veintena de organizaciones islámicas aglutinadas bajo la denominación común de Tehreek Hurmat-i-Rasool convocaron para esa jornada por todo Pakistán, el segundo país del mundo con mayor población musulmana tras Indonesia, marchas de protesta contra la difusión de imágenes del profeta.

Las manifestaciones comenzaron a primera hora de la tarde local, tras el rezo musulmán de los viernes.

La marcha en Karachi, la ciudad más poblada de Pakistán y capital financiera del país, desembocó en violentos choques con la Policía, que tuvo que pedir apoyo al Ejército, cuando unos 350 manifestantes intentaron acercarse al consulado de Francia.

Un portavoz policial, Ikram Husain, dijo a Efe que fueron simpatizantes de la organización Islami Jamiat-e-Talaba los que comenzaron a disparar a las fuerzas de seguridad y estas respondieron con disparos al aire.

Al menos tres personas resultaron heridas de bala y fueron trasladadas a un hospital de la ciudad, entre ellas un fotógrafo paquistaní de la agencia francesa AFP, Asif Hasan, que ingresó en estado grave aunque se recupera de sus heridas tras ser intervenido, declaró a Efe el doctor Seemi Jamali, portavoz del hospital Jinnah de Karachi.

Otro de los heridos de bala es un cámara de la televisión local Capital TV, llamado Adeel, y el tercero un profesor afín a los convocantes, según el portavoz del Hospital Jinnah.

Medios locales como el canal de televisión Geo informaron de que no está claro de dónde procedían los disparos e incluso apuntaron que alguno de los heridos podría serlo por balas de goma, no de armas de fuego.

Las fuerzas de seguridad consiguieron que los manifestantes, unos 350, se dispersaran tras utilizar para ello gases lacrimógenos y chorros de agua a presión, aunque portavoces de los convocantes anunciaron que estudiarán nuevas movilizaciones en las próximas horas.

Uno de los líderes de Islami Jamiat-e-Talaba, Sirajul Haq, declaró a Efe que "los países occidentales no deberían enfurecer a los musulmanes con tales actos en el nombre de la libertad de expresión, que tiene un límite".

Amir Hamza, uno de los responsables de Tehreek Hurmat-i-Rasool, hizo un llamamiento a que "los 57 países musulmanes se unan para salvaguardar la santidad del profeta".

Otro de sus representantes, Akram Khan Durrani, alentó a los líderes de países musulmanes a "reclamar una ley internacional contra la blasfemia" y se preguntó que "si nosotros no herimos a otras religiones, por qué los seguidores de otra religión hieren a la nuestra".

Las manifestaciones se extendieron por gran parte de Pakistán, incluida la capital Islamabad, con actos como la quema de banderas francesas y llamamientos a la comunidad islámica para reaccionar ante lo que se considera una agresión a los musulmanes.

El Parlamento paquistaní advirtió ayer de que las caricaturas "son intentos deliberados de incitar a la violencia", mientras que el primer ministro del país, Nawaz Sharif, pidió a la comunidad internacional que evite "la publicación de material provocativo".

Pakistán es una república islámica y alrededor del 97 % de sus cerca de 180 millones de habitantes son musulmanes.

El Parlamento del vecino Afganistán condenó esta semana también por "blasfemo" el nuevo número de "Charlie Hebdo", después de que el semanario satírico sacara el miércoles en portada una caricatura de Mahoma en su primera edición tras el atentado del 7 de enero.

El profeta aparecía llorando y con un cartel con el lema solidario "Yo soy Charlie", bajo el título "Todo está perdonado".

La aparición en 2005 de dibujos satíricos del fundador del Islam en el diario danés Jyllands-Posten generó una ola de protestas en el mundo musulmán, muchas de ellas violentas como la quema de la embajada danesa en Siria o una manifestación con dos muertos en Pakistán.

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