José Luis Rodríguez Zapatero, como presidente que lo es del Gobierno de España, dio ayer una explicación sobre Batasuna, o más bien sobre las especulaciones que desatan sus movimientos, que trató de atajar al afirmar que el Ejecutivo “no tiene prisa” por legalizar a los “abertzales”.
María del Mar Caballero, senadora de Unión del Pueblo Navarro (UPN) e hija del concejal pamplonés del mismo partido Tomás Caballero, asesinado por ETA en 1998, reclamó estas aclaraciones al presidente en la sesión de control del Senado.
No hace mucho Zapatero había dicho que los “pasos” dados últimamente por la izquierda “abertzale”, si bien “insuficientes”, no iban a ser “en balde”, una consideración que según la senadora hizo saltar las “alarmas” entre los ciudadanos.
“Nos tememos que el Gobierno, en su prisa por acabar con ETA, pueda volver a cometer errores pasados”, dijo Caballero, para quien el último alto el fuego de la banda no es más que una nueva versión de sus conocidas “treguas-trampa”.
En esta situación, inisitió, “vuelven a asaltarnos las dudas y las preguntas sobre lo que está ocurriendo con ETA y alrededor de ETA”.
Y por ello le emplazó a “interpretar” qué quería decir con aquello de que los “pasos” de Batasuna no serían en balde.
Cuando Zapatero empezó a contestar se hizo un silencio casi solemne en el hemiciclo, sobre todo al exponer, muy pausadamente, la posición del Gobierno ante la tentación de las “prisas” advertida por la senadora.
“Si alguien tiene prisa, que puede ser Batasuna, le puedo asegurar que el Gobierno y los demócratas no la tenemos, la única prisa que tenemos es cumplir la ley y acabar con la violencia”, manifestó.
A renglón seguido reveló que no le gusta nada que estos debates “entre nosotros, entre los demócratas” se lleven a la plaza pública, al Parlamento, porque generan “expectativas”.
Y de sus propias declaraciones, se quedó más con la parte en la que apuntó que los movimientos de Batasuna eran “insuficientes”.
Pero por si acaso fue más allá, y tras admitir que aunque se han “oído cosas” desde esta formación ilegalizada “que no se oían habitualmente”, esas cosas “no sirven, no valen”.
En la réplica, la senadora de UPN le recordó que es el propio Gobierno quien promovió que se hable de la vuelta de Batasuna, alertó sobre la “ansiedad” del Ejecutivo y rechazó “especulaciones” y “cosas raras”.
Tanto gustó la intervención de María del Mar Caballero en el PP que buena parte de sus senadores aplaudieron su discurso.
Así que en su último turno Zapatero se esforzó en sus explicaciones, para aclarar que “jamás” pensó en la “perspectiva política” al afrontar la lucha antiterrorista, afirmación que acabó con el anterior silencio ambiental, ya que los senadores del PP soltaron varios “sí, sí, sí” contestados con aplausos por el PSOE.
Buscó entonces una frase redonda -”el sufrimiento ante el terrorismo es de todos y la victoria final será el éxito de todos”- e invocó la unidad de los demócratas antes de pedir “altitud de miras, perspectiva histórica y sentido de la responsabilidad colectiva”.
El alcance de este debate, dejó en segundo plano el previo “cara a cara” de Zapatero con el portavoz del PP, Pío García Escudero, ante quien fue moderadamente optimista sobre un cambio de tendencia económica.
García Escudero le hreconoció que tiene derecho a acabar la legislatura, pero alertó sobre el “calvario” que en ese caso les espera a pensionistas, jóvenes, parados, autónomos, familias...
Las miradas estuvieron muy pendientes de las primeras respuestas, gestos y actitudes en el Senado de los ministros que estrenaban cartera, como Trinidad Jiménez, Leire Pajín, Rosa Aguilar, Valeriano Gómez y Ramón Jáuregui.