El Congreso examinó el calendario de sesiones plenarias y de comparecencias del Gobierno para finales de junio y para el mes de julio, que ya está fuera del periodo ordinario de sesiones pero este año los grupos se comprometieron a celebrar dos Plenos.
De acuerdo con los planes expuestos por el Gobierno, el presidente José Luis Rodríguez Zapatero acudirá al Congreso a finales de este mes para dar cuenta de la Cumbre Europea prevista para el día 17 y después, a primeros de julio, comparecerá ante el Parlamento Europeo para dar cuenta del semestre de Presidencia española de la UE.
La votación será el 20
Por tanto, el Debate sobre el estado de la Nación se posterga hasta los días 14 y 15 de julio, desplazándose para la semana siguiente, en un pleno extraordinario que se celebrará los días 20, 21 y 22 de julio, la jornada de votación de las propuestas de resolución de los distintos grupos parlamentarios.
Esa tarde se someterán a votación casi un centenar de propuestas de resolución, lo que obliga al grupo que da sustento al Gobierno, en este caso el Socialista, a multiplicar sus negociaciones para evitar sorpresas. En la anterior edición del debate, el PSOE perdió cinco votaciones --tres iniciativas del PNV y una de ERC-IU-ICV--.
Todo ello hará que se borre de las agendas la sesión plenaria extraordinaria que el Congreso pensaba celebrar la primera semana de julio (6 y 7 de julio).
Y aún quedará pendiente de fecha la prometida comparecencia del presidente del Gobierno para informar de la participación española en la misión militar internacional de Afganistán, que se iba a celebrar a mediados de mayo pero que fue sustituida a última hora por el pleno en el que Zapatero anunció las medidas de recorte del gasto público.
En fuentes del Ministerio de la Presidencia aseguraron a Europa Press que en la Junta de Portavoces no hubo reparo alguno al calendario, si bien en la rueda de prensa posterior la portavoz del Grupo Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, criticó que el Debate sobre el estado de la Nación se extienda hasta la penúltima semana de julio.
A su juicio, el presidente se sabe de antemano "perdedor del debate" y ha buscado las fechas en que "su soledad y debilidad extrema pueda pasar más desapercibida". "El diseño del calendario es estratosférico. Nada tiene sentido lógico, sino un sentido tactista para diluir el Debate sobre el estado de la Nación --enfatizó--. Zapatero trata de manejar los tiempos pero no se da cuenta de que hace tiempo que se la ha acabado el tiempo y el crédito".
También el diputado de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, cree que el presidente del Gobierno ha buscado "las fechas que más le benefician" para tratar de coger "distraídos" a los ciudadanos, "con el bañador" puesto, pero quiso dejar claro que esa pretensión, en el actual contexto de crisis económica, no se cumplirá.
"Por mucho que el Gobierno busque fechas marginales o de agosticidad, al final la confrontación está servida --comentó--. En la actual coyuntura, da igual que hagas el debate la tercera semana de julio, la cuarta o incluso en agosto. El debate está servido".
Ganas de enredar
En cualquier caso, cree que las quejas de los partidos de la oposición son un "debate melancólico" porque, aunque deseaba que el éste fuera en el periodo ordinario de sesiones, "las cosas son así". En eso coincidió su compañero de grupo parlamentario y secretario general de Esquerra, Joan Ridao, quien dijo no tener nada que decir sobre las fechas, que se han visto condicionadas por la Presidencia española de la UE. "Es lo que hay", remachó.
Por su parte, el portavoz del Grupo Socialista, José Antonio Alonso, calificó de "estrambótica" la posición del PP recordando que España ocupa la Presidencia de turno de la Unión Europea, que llega hasta el 30 de junio, y de la que hay que dar cuenta en el Parlamento Europeo y en las Cortes Generales. A su juicio, el PP "tiene ganas de enredar" pero "las fechas del 14 y 15 de julio son días óptimos".