La confluencia de Izquierda Unida y Podemos en el Ayuntamiento de Málaga ha mostrado su apoyo a las reclamaciones de "condiciones laborales dignas y garantías de seguridad frente a los contagios por Covid-19" de las más de 400 trabajadoras del servicio de limpieza de las instalaciones de los tres campus de la Universidad de Málaga que "vienen sufriendo de manera sistemática vulneraciones laborales por parte de la empresa concesionaria".
La concejala portavoz adjunta de la confluencia, Paqui Macías, recuerda que “durante el pasado mes de marzo, justo antes de la convocatoria del estado de alarma, este colectivo protagonizaba una huelga y un encierro en la Facultad de Derecho para reclamar una mejora de sus condiciones laborales. Siete meses después, comprobamos que, aunque la pandemia y las medidas derivadas de ella han cambiado muchos aspectos de nuestras vidas, las condiciones laborales precarias del colectivo de limpiadoras de la UMA, no han variado, es más, incluso en esta nueva normalidad han empeorado”.
Macías explica que “con la reanudación de las clases tienen que aplicar nuevas medidas de limpieza para evitar la propagación de los contagios y la universidad ha dejado al colectivo fuera de los protocolos sanitarios, a la vez que las empresas que las tienen contratadas tampoco les facilitan los equipos de protección (EPI) para poder atender sus cometidos con la máxima seguridad”.
La portavoz adjunta de la confluencia de Podemos e Izquierda Unida respalda las peticiones de las limpiadoras para que “le suministren los EPI y se le realicen las pruebas PCR preceptivas para que tengan plena seguridad a la hora de trabajar en las instalaciones universitarias, ya que ellas también forman parte de la comunidad educativa, aunque sean contratadas externas de una empresa privada. Es una muestra más de cómo ciertos sectores declarados esenciales siguen estado a la cola, en condiciones de trabajo y de seguridad, y más este colectivo feminizado que realiza una función fundamental para que la universidad pueda seguir con su actividad cotidiana”.
La integrante del comité de empresa por el sindicato CGT, Lola Florido, denuncia “las condiciones precarias, la falta de EPI, la falta de sustitución de bajas o vacaciones, la falta de productos de limpieza, la ausencia de refuerzos tras asumir nuevas tareas a consecuencia de las exigencias del Covid-19, tampoco no nos hacen test y cada vez las jornadas son más parciales, con turnos, incluso, de una o dos horas. Y ante todo esto, la UMA se lava las manos y la empresa no nos escucha. Por ello nos estamos planteando realizar concentraciones de protesta y presentar demandas judiciales”.