Año y medio en la Casona del Parque ya han pasado factura a Málaga Ahora, que se enfrenta a su primera crisis pública y a la posible salida del edil Juanjo Espinosa, que este viernes anunciará la decisión final que podría suponer su paso a un grupo de “no adscritos” o independientes. Militante de Podemos, este jueves ponía su cargo a disposición de las bases denunciando que “una minoría perteneciente al Movimiento por la Democracia, militantes del Partido Humanista y de Equo, el que están las otras tres concejalas de Málaga Ahora Ysabel Torralbo, Rosa Galindo e Isabel Jiménez quieren dar un golpe de mano”.
Espinosa les acusa de querer “paralizar los procesos democráticos” y no querer que voten en Málaga Ahora miembros de otros partidos políticos. A esto se une el inminente cese de Nicolás Sguiglia como técnico de la Diputación de Málaga, “porque dicen que es incompatible al pertenecer a Podemos”. Desde Equo han recalcado que no forman parte de Málaga Ahora y se han desvinculado de sus procesos internos en un comunicado.
Una guerra abierta por el control en la que se da a conocer que se han producido “retiradas de manera habitual de dinero en efectivo de las cuentas, algunas aún sin justificar, algo que prohíbe el Tribunal de Cuentas”, denuncia la portavoz Ysabel Torralbo, que argumenta a que el conflicto surgió por desacuerdo de un grupo con los dos principios básicos del partido: autonomía respecto a otras organizaciones y consenso en la toma de decisiones.
¿Veto a Podemos?
La sospecha de la influencia de las propuestas de Podemos en Málaga Ahora está sobre la mesa y la polémica, servida. Al respecto, la formación insiste en que es “afín y amiga”. “Es absolutamente falso que se quiera evitar la participación a las personas de Podemos, la inmensa mayoría de los que componemos Málaga Ahora, incluido concejalas, estamos inscritas en Podemos u otras organizamos”, matiza el comunicado. Un informe con las tres opciones propuestas por Espinosa y Sguiglia para salvar estas “diferencias”, que van desde tomar el control financiero de la formación a una salida de cara a la galería, fue ayer en la Casona la comidilla de una crisis que solo ha escrito su primer capítulo.