El último tranvía de Málaga, el número 63, ha hecho su último viaje. Tras su restauración y después de haber pasado por varios emplazamientos, desde este sábado puede verse en su ubicación definitiva, la nueva plaza de Pedregalejo, junto al centro deportivo de la ACB.
De este modo, el histórico tranvía regresa a las antiguas cocheras de la Empresa Malagueña de Transportes (EMT). El alcalde, Francisco de la Torre, ha llevado a cabo este sábado la apertura al público de esta exposición definitiva.
Este espacio ciudadano, en el que también se encuentra el centro deportivo de la ACB cuenta con una plaza que el Ayuntamiento dotó con un parque infantil, además de con zonas ajardinadas.
Se ha buscado un entorno que por su especial ubicación y trasiego permita contar con unas mínimas garantías de seguridad, ya que en su anterior ubicación sufrió un enorme deterioro.
MARQUESINA
La nueva ubicación del tranvía cuenta con un proyecto realizado por la Gerencia Municipal de Urbanismo (GMU). Para ello, se ha construido una marquesina que lo protege de las inclemencias meteorológicas, y, además, se ha instalado un cerramiento perimetral de cristal para impedir el acceso directo.
Entre las medidas de seguridad, cuenta con circuito cerrado de televisión, con conexión remota al centro de control de emergencias de la Policía.
Con estas medidas se persigue que no se vuelvan a repetir los actos vandálicos que sufrió en su anterior ubicación en El Morlaco, que dieron origen a la necesidad de ser restaurado por la asociación malagueña TRAN-BUS en las instalaciones de la EMT.
En concreto, se reemplazó parte de los materiales, tal y como las maderas, al tiempo que fue necesario darle un profundo tratamiento a los metales, dado el estado general de deterioro por el salitre. Las obras contaron con un presupuesto de 50.000 euros.