Los vecinos del Centro de Málaga y su lucha por una hostelería regulada y que cumpla las normas de convivencia cívica y de respeto sin ruido se ha encontrado con unas declaraciones del alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, que ha provocado su airada reacción.
Desde la Asociación de Vecinos Centro Antiguo de Málaga han mostrado en un comunicado “la profunda preocupación y estupor que nos han causado las recientes palabras del Alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, en respuesta a las crecientes protestas vecinales motivadas por los evidentes problemas de ruido e invasión de espacio público causados por una parte del sector de la hostelería” .
Así, si el regidor capitalino señaló que “tenemos que ser capaces de que los agentes económicos piensen en los vecinos y los vecinos piensen en los agentes económicos, y los trabajadores que tienen empleo ahí también” a lo que añadió que “el descanso tiene que estar garantizado”, son palabras, que a juicio del colectivo vecinal, representan “un nuevo intento de desviar su responsabilidad como regidor, enfrentando a dos sectores de la ciudad: hosteleros y vecinos”.
Las ven además “más graves” porque “da por existente una falta de comprensión y solidaridad por parte de las víctimas del ruido”, aunque consideran que “no es nueva esta estrategia pero sí es llamativo y peligroso que ya la exprese de forma tan clara”.
Por ello, recuerdan que acumulan “numerosos testimonios de residentes que han sido intimidados o amenazados por hosteleros que consideran que exigir el cumplimiento de las ordenanzas o el respeto al descanso es un ataque contra sus inversiones” y que vecinos y asociaciones “han recibido malas respuestas y descalificaciones por parte de responsables municipales sin que nadie haya tomado medidas”.
Lamentan además, que cuando el Alcalde dice “en esa línea me voy a mover siempre, en el diálogo y en el consenso, las buenas prácticas, la educación cívica, de una parte y otra. Y cuando es necesario aplicar la ordenanza, se hace y se seguirá haciendo” ignora “de forma intencionada” que el Ayuntamiento de Málaga “está obligado, de oficio, a velar por el cumplimiento de la legalidad y, al mismo tiempo, reconoce lo que los vecinos llevan años denunciando, que el Ayuntamiento mantiene una política de dejar hacer” a la hostelería, actuando sólo cuando hay denuncias o el descontento de los vecinos los lleva movilizarse.
Y dan dos argumentos: por un lado, que la citada “arbitrariedad”, en la aplicación de la ordenanza llevó a la “histórica” sentencia de Mitjana en la que el tribunal detalló: “brilla por su ausencia una intervención de inspectores municipales o siquiera de agentes de la Policía Local para afrontar dicha nefasta situación. No se ve la más mínima presión policial atajando dicha situación”; por otro, que el último estudio sobre terrazas del OMAU concluyó que el 92% de las terrazas del centro incumplían la ordenanza, más de la mitad de ellas por exceso de ocupación.
Por eso consideran que “no es de extrañar, porque ese mismo año el Ayuntamiento sólo había realizado 24 denuncias en toda la ciudad de las que apenas ha cobrado siete”.
Por todo ello, aseguran que “basta dar un paseo por Plaza de Uncibay o calles como Beatas y Tomás Echeverría por la noche de cualquier fin de semana para constatar la cruda realidad de la ciudad, realidad ruidosa, sucia y muchas veces bochornosa que no consiguen desmentir las vacías notas de prensa de sanciones de cada martes”.
Para la asociación, el ayuntamiento “ha entregado zonas completas de la ciudad a especuladores que desarrollan una actividad insolidaria, depredadora e incompatible con la vida de los malagueños”. Un problema, que resaltan se ha trasladado también ahora al barrio de Huelin.
Mahos asesora a sus establecimientos
La Asociación de Hosteleros de Málaga indicó ayer en un comunicado que asesorará a todo aquel empresario que sienta que sus derechos al trabajo y al honor están siendo conculcados, y también a quienes se sientan víctimas de injurias y calumnias tanto en redes sociales como en la vida real, para que puedan tomar las decisiones judiciales que crean oportunas, decisión que basan en las creciente recepción de numerosas quejas por parte de sus asociados sobre un señalamiento permanente de ellos mismos y de sus negocios tanto por plataformas o grupos como por personas físicas, que contienen insultos, injurias, calumnias e informaciones falsas absolutamente inaceptables; y que suponen un claro perjuicio de su imagen, su honor, su actividad económica y su capacidad de generación de empleo. Mahos asegura que reivindica también cumplimiento a rajatabla de la normativa que regula la actividad hostelera, que considera la base del funcionamiento del sector al tempo que recuerda que “el respeto a las autorizaciones de ocupación de vía pública, a los horarios vigentes y a las condiciones técnicas obligadas de los locales es fundamental y obligatorio”.
