Mi reino por una vaca

Publicado: 15/01/2022
Autor

Abraham Ceballos

Abraham Ceballos es director de Viva Jerez y coordinador de 7 Televisión Jerez. Periodista y crítico de cine

Lo que queda del día

Un repaso a 'los restos del día', todo aquello que nos pasa, nos seduce o nos afecta, de la política al fútbol, del cine a la música

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Lo de Garzón ha sido como darle 50 metros de ventaja a Usain Bolt en una carrera, salvo que al PP, que lo ha visto como el pistoletazo de salida para la campaña
Los dueños de la vaqueriza tenían un compromiso social aquella tarde noche y dejaron al hijo pequeño a cargo del ganado. A la caída del sol saltó el cercado y vino corriendo a pedirnos ayuda. Una de las vacas se había puesto de parto a campo abierto y nos necesitaba a su lado. En realidad, eso fue lo único que hicimos y supimos hacer como buenos urbanitas adolescentes, contemplarlo en arduo afán mientras el resto de vacas, casi medio centenar, se arremolinaban a nuestras espaldas y nos empujaban, como intrusos que éramos, y como si aquel acontecimiento necesitara más testigos que una boda. Al final, y menos mal, Francisco se valió por si solo para ayudar al alumbramiento de la vaca, y nuestra presencia se limitó a calmarle los nervios y a asistir a un acontecimiento extraordinario que hasta entonces solo habíamos visto a través de un documental de La 2.   

En aquel tiempo aún no existían los móviles ni las cámaras digitales para inmortalizar el momento. De ser así, podría haber rescatado la foto para mostrar estos días mi apoyo al sector ganadero. Es lo que han hecho muchos políticos durante la última semana: buscar rápidamente en su archivo personal fotos de visitas a vaquerizas, ganaderías y granjas -mi reino por una vaca- para mostrar su compromiso inquebrantable con el sector, de siempre, no porque Alberto Garzón haya vuelto a mostrar su incompetencia y estemos en precampaña. Hasta el Abc ha rescatado una foto del ministro con pinta de extraviado al lado de un buey en medio de un valle, aunque para señalarlo como ignorante en la materia y como mal español.

El PP y el ministro Luis Planas son los que mejor han entendido desde un principio de qué va esto. Y esto, más que del daño a la imagen exterior de la calidad de nuestras carnes, ya corregido incluso desde la UE, va de votos disfrazados de vacas; y no es el único caso, también está el de votos disfrazados de batas y el de votos disfrazados de fondos europeos, a la vista de un año electoral que, si no decisivo -a las elecciones de Castilla y León le sucederán más pronto que tarde las de Andalucía-, puede marcar tendencia de cara a 2023, en el que aguardan las municipales y las generales, y con un marcado énfasis bipartidista. Basta con ver la tardía reacción de Unidas Podemos, que ha enmarcado la “campaña contra Garzón” en un “bulo”; una defensa que no ha hecho sino subrayar la ingenuidad del ministro a la hora de realizar unas declaraciones sin ser consciente de su posición y exposición pública, como si solo ostentara el cargo en horario de oficina.

El PP, insisto, fue el primero en verlo y en anticiparse a la hora de impulsar la maquinaria con mociones a nivel regional y municipal, visitas a ganaderos y encuentros con Asaja. Y Planas, que es serio y conoce el terreno y a sus protagonistas, ha tardado lo preciso en marcar territorio -recordando a Jack Nicholson en Lobo, salvo que en los lavabos del Congreso- y definir y asumir la propia estrategia del Gobierno, que es lo mismo que decir la del PSOE, y aprovechar para reconducir las relaciones con las organizaciones agrarias, que, en el caso de Andalucía y, en especial, de la provincia, no pasan por su mejor momento a causa de la PAC y las medidas fiscales al campo, que están mermando la viabilidad de las explotaciones agrícolas y ganaderas.

Lo de Garzón, en cualquier caso, ha sido como darle 50 metros de ventaja a Usain Bolt al inicio de una carrera, salvo que al PP, que ha interpretado a la perfección que éste era el pistoletazo de salida para la carrera electoral y ha rentabilizado la ventaja -también para hacernos olvidar sus cuitas internas-, de manera que ha acelerado hacia otra nueva meta, la de la denuncia del reparto “a dedo” de fondos europeos por parte del Gobierno, del mismo modo que el PSOE ha contragolpeado con su particular “marea blanca”, convocando a los alcaldes de la provincia a una protesta contra la Junta por la situación de la sanidad andaluza, como si la hubiese inventado Juanma Moreno. De paso, podrían aprovechar el viaje a Cádiz para protestar ante la Subdelegación por la subida de la luz.

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