Visitar la ciudad de Puebla es para mí siempre un placer. He tenido la oportunidad de visitarla muchas veces por razones de trabajo, académicas y de amistad, su gente es encantadora, muy trabajadora y eficaces en sus cometidos. Puebla es la cuarta ciudad más importante de México, después de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey. Cuando uno está allí se da cuenta de que está en un lugar con historia aún viva. No olvidemos que Puebla fue una de las primeras ciudades fundadas por la corona española, como se refleja en todas sus construcciones institucionales, especialmente en las capillas y en las iglesias. Para comprobarlo véase la impresionante iglesia de la Virgen del Rosario, a la que han adornado con oro de 18 y 23 quilates y que está situada hoy en el altar central de la capilla. Para los poblanos es la octava maravilla del mundo.
El visitante no debe perderse su centro histórico ni la casona virreinal de los muñecos. Me gustó visitar también, en el centro histórico, el Museo Universitario de la Benemérita Universidad Autónoma del Estado, con una emblemática e impresionantes fachada. Tampoco se debe olvidar que en la ciudad de Puebla los jesuitas fundaron la primera biblioteca de toda América Latina en 1646, por orden del obispo Juan de Palafox y Mendoza, biblioteca que aún se puede solicitar ver bajo petición en ciertos momentos y ocasiones. La vestimenta de una poblana, Catarina de San Juan, es aún el traje más típico de México.
Me gustó poder tener la oportunidad de visitar el palacio municipal de la ciudad de Puebla con su estilo barroco, sus mármoles, sus vidrieras y sus esculturas de bronce, que refleja que esta ciudad fue y es una de las más importantes e influyentes del país, donde viven y han vivido muchos políticos que han querido estar tranquilos, lejos de los focos mediáticos de la capital para ellos y para sus familias. Dicen que no se debe olvidar, si está abierto al público, ir a ver el salón de los cabildos. Probablemente la lujosa catedral de Puebla con sus cúpulas, sus frescos y sus torres ha sido señalada como ejemplo de la convivencia entre arquitectura y religión en todo México.
Me impresionó en extremo la gran pirámide azteca de Cholula, la más grande del mundo, que para algunos tiene cierta transparencia o transmisión mística cuando se está en ella. Cuando uno se documenta, se observa que tiene una base cuatro veces más grande que las otras Pirámides y casi el doble de volumen, pero tiene la característica especial de que su monumental estructura está oculta bajo una montaña, y eso la hace aún más impresionante. Dicen también que Hernán Cortés no la vio en absoluto, y por ello construyó una iglesia en su parte superior derecha. La pirámide es conocida como Tlachihualtepetl en honor al dios Quetzalcóatl, y fue construida hacia el año 300 a de C en seis capas de adobe, cuatro veces más grande que la pirámide de Giza.
La gran pirámide de Cholula ha sido utilizada como lugar de culto durante más de 1.000 años hasta que por falta de mantenimiento en los ladrillos de barro comenzó a florecer vegetación tropical y se estropeó todo. Cuenta la leyenda que al llegar a Cholula en octubre de 1519 Cortés y sus gentes, masacraron a alrededor del 10% de la población, unas 3.000 personas, en sólo una sola hora, aunque nunca tocaron la pirámide porque jamás la encontraron. Después de establecerse en la ciudad construyeron la Iglesia de Nuestra Señora de los Remedios, en la cima de la montaña de la pirámide oculta. En la actualidad Cholula presume de contar con 365 iglesias, una para cada día del año.
El Popocatépetl es un volcán activo que está localizado en el centro de México, en los límites territoriales de los estados de Morelos, Puebla y México. El Popocatépetl es un volcán unido por la parte norte con el Iztaccíhuatl mediante un paso montañoso conocido como Paso de Cortés. Emite una fumarola que normalmente se puede ver desde lejos. En los últimos años el Volcán Popocatépetl se ha vuelto bastante activo. Al volcán también se le conoce con el nombre Don Goyo porque cuenta la leyenda que una vez, hace mucho tiempo, un habitante que caminaba por las laderas de la montaña se encontró con un señor mayor que le dijo que se llamaba Gregorio Chino Popocatépetl, un nombre que los habitantes prefirieron acortar con el diminutivo de Gregorio, que en español es Goyo”.
La cocina o la comida poblana es bastante rica y exquisita, resultado de la mezcla entre la comida prehispánica y la comida española clásica. Un crisol de sabores, texturas, olores y colores que proceden de los conventos y de las casas de los criollos y de los mestizos. Esta mezcla hace una delicia de cada plato basados en maíz, chile, fríjol, jitomate y guajolote, que se mezclan con otros productos de ultramar, como el aceite de oliva, el trigo, la cebolla y el ajo usando cucharas de madera, ollas de barro y metates del país. Su elaboración implica más de dos docenas de ingredientes con una gran variedad de chiles, carne de pavo o pollo, almendra cacahuate, chocolate, ajonjolí, canela, ajo y cebolla. Si puede visite y disfrute Puebla y sus alrededores. Merece la pena.
