| Con inquietud y con la satisfacción de “haber empezado”, lo cual ya consideran “un logro”. Así están viviendo estos días en el seno de la Asociación de Familiares y Amigos de la Memoria Histórica los trabajos de exploración con georradar para la búsqueda de fosas comunes que lleva a cabo desde el lunes un equipo de investigación de la Universidad de Cádiz. Amaro de la Calle es el presidente de este colectivo constituido hace dos años y que integran unas 60 familias. Desde el primer día, junto con otros compañeros, procura no perderse nada del barrido que realizan profesores e investigadores de la UCA. “Estamos ahí al pie del cañón, los trabajos son un poco monótonos, pero hay que estar , que ellos vean que estamos preocupados. Para mí es una responsabilidad, pero me gusta hablar con ellos e implicarme”, señala a Viva Jerez.
Está emocionado pero también apela a la prudencia pese a las ganas que tiene de que pase el tiempo y se conozcan los resultados, que podrían estar en un mes, aproximadamente. “La espera va a ser larga. Ojala lo tengamos como regalo de Reyes. Pero, bueno, lo importante es que ya ha empezado. Hace cuatro meses no había nada”. “Ellos -por los investigadores- no sueltan prensa de lo que interpretan, ha habido reacciones en puntos que no se han dado en otros sitios (por el georradar), pero hay que ser cautos, esperar el informe y no lanzar campanas al vuelo”, señala el portavoz de la asociación, satisfecho por haber conseguido materializar esta reivindicación, que entiende que se ha hecho posible por la “lucha” de la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez. “Fue por ellos por los que se formó la asociación de familiares. Tenían un vacío ahí, y ellos han sido el empuje y el motor”, manifiesta.
De momento, lo que es casi seguro es que estas actuaciones no acabarán hoy, como estaba previsto, sino que se alargarán varios días más hasta completar el barrido de 7.000 metros. Mientras tanto, el grupo de WhatsApp de los familiares de víctimas de fusilados durante la Guerra Civil y la dictadura franquista echa humos. “Estamos aquí por ellos, por nuestros familiares, eso es lo que nos preocupa, lo de cambiar el nombre de las calles franquistas, yo lo respeto, pero a mí lo que me preocupa son los míos y saber qué pasó con nuestros familiares y qué hicieron con ellos”. En su caso, busca los restos de su abuelo. Era el presidente de la asociación de cocineros y camareros de Jerez, y lo fusilaron con 40 años en el 36. Era viudo. “Yo lo hago por la dignidad de mi padre. Era el mayor de siete hermanos, le quitaron a su padre y a su madre. Su padre, ya fallecido, nunca habló del tema. “Era víctima del miedo”, concluye.
