Josefa Parra,poetisa jerezana, trabaja en la Fundación Caballero Bonald. Su poesía ha sido reconocida tanto a nivel nacional como internacional.
¿Cuándo comenzó esa vocación hacia la literatura?
–Fue una vocación muy temprana. Desde que tenía seis o siete años sabía que iba a ser poeta. Pero tomarlo en serio el oficio de la escritura fue a partir de la carrera, cuando tenía 18 o 19 años y empecé a tener contacto con otros escritores.
Elogio a la mala yerba que fue el poemario que te dio a conocer ¿qué crees que conservas y en que has evolucionado desde aquella etapa?
–Conservo el gusto por los temas amorosos, los temas eróticos, también los mitológicos. ¿Lo que no conservo? Yo creo que ha evolucionado hacia unos poemas más esencializados y sobre todo a la hora de ser más ordenada a la hora de escribir un libro. Un libro con una especie de trama es lo que pretendo ahora.
Has ganado varios premios como el Premio Internacional Loewe a la Creación Joven ¿qué opinas sobre la abundante cantidad de premios literarios que hay hoy en día?
–Los premios te abren las puertas de las editoriales sobre todo. Es más fácil publicar si tienes un premio por delante que te apoye. También te da una satisfacción personal y una energía para seguir escribiendo, es muy importante porque es muy solitario el trabajo del poeta.
Tratado de cicatrices, un poemario muy vinculado a Miguel Hernández.
–Quise hacerle un homenaje a Miguel Hernández, sobre todo el poema “tres heridas llevo, la del amor, la vida, la muerte” porque esos temas con muchos subtemas son los únicos. Pero él era un poeta muy intenso y en vez de heridas yo me quedo en la cicatriz.
Sobre tu poemario La hora azul, ¿cómo lo definirías ?
–La hora azul lo tomé del término fotográfico. Es como llaman a ese momento que se ha ido el sol pero aun no es de noche. Para mi significa un momento de reflexión, hacer balance del día. Quise plasmarlo como fotografías.
¿Y cómo definirías tu estilo? ¿Serías capaz de adscribirte dentro de una corriente?
–A mí siempre me han clasificado más cercana a la poesía de la experiencia, aunque la poesía de la experiencia es algo muy amplio, que a lo largo del tiempo ha tenido muchas variantes. Yo creo que mi poesía es una poesía sutil que habla de las experiencias, pero las experiencias de todos. Además tiende a la sencillez y la esencialidad.
Y en la misma línea ¿qué autores te han influido más?
–En mi primera época me influenciaron más Pablo Neruda, Pedro Salinas, Luis Cernuda, incluso Ruben Darío, Juan Ramón Jiménez. Pero después me han influido otros poetas más cercanos en el tiempo Ángel González, Luis García Montero, Caballero Bonald por supuesto. Me ha influido la Biblia por ejemplo. Yo me dejo influir por todo el mundo, soy una esponja.
Sobre la Fundación Caballero Bonald ¿que destacarías de estos años de trabajo en su organización?
–Que la Fundación se ha hecho un nombre en Jerez, Andalucía y España. Hemos logrado que se diga Fundación Caballero Bonald y todo el mundo piense en actividades interesantes e importantes. Pero sobre todo del trabajo que hacemos en colegios, porque la poesía debe arraigarse en los primero años.
¿Y cómo es mantener contacto con un hito vivo de la literatura como es Caballero Bonald?
–Te enseña todos los días, con todo lo que dice, con la manera en la que habla, cómo contesta a un mensaje, el modo de engarzar las palabras y el valor y peso que le da a las palabras. Aprendes todos los días de él. Yo he tenido mucha suerte de trabajar en la fundación y con él.
¿Cómo definirías a la Josefa Parra del día a día fuera de la literatura?
–Eso es lo más difícil. Destacaría que soy una persona positiva, muy optimista. Soy una persona normal. Los poetas son personas normales y corrientes.
Y por último, saber si tienes algún proyecto entre manos.
–Tengo entre manos dos proyectos. Un libro que se llama Tierra albariza que es una homenaje a la infancia y a Jerez. Y también un libro de poesía para niños.