Habituales "compadres" en la música y en la vida, Juanito Makandé y el Canijo de Jerez se presentan estos días bajo una alianza artística más sólida llamada Estricnina y con un disco que, de tóxico, solo tiene su contagiosa celebración de la vida y su búsqueda de un sonido "más eléctrico y punkarra".
"Estar juntos es un desahogo", reconocen en una charla con Efe ambos músicos al ser preguntados por lo que supone volver a compartir decisiones, años después de concluir sus etapas en las formaciones Radio Makandé y Delinqüentes, respectivamente.
Después de tantas y fructíferas colaboraciones conjuntas, fue en una barbacoa en Chiclana (Cádiz) cuando Makandé (llamado realmente Juan Medina) le propuso a su amigo Marcos del Ojo grabar "un disco de flamenquindi para disfrutar".
Relajarse es a veces, apuntan, una de las claves para encontrar "canciones buenas" como las de Estricnina, "que son ideas más locas" que las que practicarían en sus carreras en solitario, por ejemplo, la falta de percusiones en favor de la electricidad.
En línea con ese afán de experimentación, Makandé -el hombre que apostó por introducir el cajón flamenco en el funky- se ha atrevido por primera vez a grabar todos los bajos de un disco, mientras que el Canijo, que en su etapa en Delinqüentes no sabía "ni dónde se apagaba" una guitarra, ha tocado algunas de las seis cuerdas.
"Hemos visto cosas que harían vomitar a un murciélago" (Estricnina/Satelite K/KZOO) es el sonoro título del disco, una ocurrencia que pretende resumir las cosas que han visto en estos 15 años de trayectoria musical, aunque el contenido constituya más una celebración de la vida y un ejercicio de costumbrismo social.
"Viniendo los dos de Cádiz, yo de la Línea de la Concepción y mi compadre de Jerez, somos inevitablemente callejeros, de plazoleta, parque y tasca. Por eso cada canción, hasta el día que estiremos la pata, tendrá ese olor", estima Makandé, al que la revista estadounidense Billboard distinguió recientemente como "uno de los músicos latinos que hay que seguir".
A la estela de otros grupos como Veneno, Triana y Pink Floyd, se perciben brochazos de rock progresivo, funky y flamenco en este disco que comenzó a componerse hace dos años en un "atrincheramiento" en una casa de Segovia con los aparatos de grabación y "14 o 15 botellas de vino".
La buena marcha de sus proyectos individuales impidió que hasta ahora no viese la luz. De hecho, ambos fueron premiados en los Premios de la Música Independiente 2015: Makandé recibió el galardón al mejor disco de flamenco por "Muerte a los pájaros negros" (2015) y el Canijo el de mejor álbum de músicas del mundo por "La lengua chivata" (2014).
El 4 de febrero arrancará en Málaga la gira, con "un bandón" como compañía, en la que tocarán rock en clave electrónica estas canciones, pero también "flamenco" con sus "guitarras de palo", el cajón y algunas versiones sorpresa.
"Es un proyecto con caducidad", advierten tras conocerse las primeras fechas de un tour que en principio estará activo hasta septiembre y que pasará por ciudades como Valencia (11 de febrero, sala Repvblicca), Bilbao (25 de febrero, Kafe Antzokia), Barcelona (4 de marzo, sala Salamandra) y Madrid (22 de abril, La Riviera).