Murió hace dos años sin poder dar sepultura digna a los restos de su madre, fusilada a manos del bando sublevado durante la Guerra Civil.
Muchos jerezanos y gaditanos sabrán de qué va la historia. Se trata de Juan Pérez Silva, hijo de María Silva ‘La Libertaria’, que pasó toda su vida buscando los restos de su madre para darle un descanso digno y sacarla del olvido en el que quedó relegada cuando la fusilaron en 1936. Esta semana se han finalizado los trabajos de exhumación de la fosa de Paterna de Rivera, término municipal colindante al de Jerez, y en el que los testimonios orales sitúan los restos de ‘La Libertaria’. Aún no se sabe si, efectivamente, la madre de Juan ha sido ya hallada. Sobre este punto, el director general de Memoria Democrática de la Junta de Andalucía, Francisco Javier Giráldez, “no queremos dar certeza: si María Silva está en la fosa de Paterna o no, lo dirán los análisis que van a comenzar a realizar estas semanas los antropólogos y forenses. No sería cauto ni de recibo dar esas esperanzas a los familiares”.
Aunque tarde, puede que la justicia llegue. Pero él ya no podrá verlo.
El portavoz de la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez, Carlos Vera, dice de Juan que “era una persona de mirada limpia que no guardaba ningún rencor, aunque eso sí, no olvidaba. Solo quería encontrar los restos de su madre, a la que mataron joven y embarazada cuando él era aún muy pequeño. Me da mucha pena que se haya muerto sin conseguir lo que tanto anheló y por lo que tanto luchó”. Y explica que no era el único: “como el caso de Juan hay miles, y muchos de ellos siguen guardando silencio. Son los nietos de aquellos represaliados los que muchas veces están buscando a sus familiares y despertando conciencias”.
Para esos hijos o nietos la justicia puede llegar a tiempo, porque la Junta ya trabaja en un proyecto de ley para recuperar la memoria histórica, por medio de la introducción de este episodio de la historia en el currículo de asignaturas de secundaria y bachillerato. Y también excavando fosas y cunetas. En el último mes se han excavado las fosas de El Madroño, en Sevilla, y la de Zalamea la Real, en Huelva. Una iniciativa pública lejos aún de la provincia de Cádiz, y más aún de la media docena de fosas que se encuentran dentro del término municipal de Jerez.
La única fosa que de momento se ha excavado es la del cortijo de El Marrufo, cuyos trabajos “fueron sufragados por un particular que quería encontrar a su abuelo represaliado entre esos restos”, explica Vera.
Aunque Giráldez puntualiza que en la fosa de El Marrufo “hubo participación del Gobierno central, aunque siempre es muy importante la participación de las familias de las víctimas. Queremos que, en todos los procesos, las familias tengan un papel importante y se sientan parte de esto”.
De las demás fosas, según especifica la Dirección General de Memoria Democrática de la Junta, nada se sabe. “No hay indicios de que se haya trabajado en ellas”, rezan las fichas técnicas de las cinco fosas restantes de Jerez.
Los trabajos que hasta ahora se han realizado o están en curso en la provincia son los de El Marrufo, Paterna de Rivera, y Puerto Real. “Queremos concluir antes de que acabe el año la exhumación de los restos de las fosas de Puerto Real”, señala Giráldez. Y es que las fosas de Puerto Real “son especiales porque en ellas ya se empezó a trabajar hace tiempo pero los trabajos se paralizaron. Es de justicia que las familias puedan dar una sepultura digna a sus antepasados, y estamos volcados de lleno en ello para, a partir de 2016, comenzar a excavar fosas nuevas”.
Más de 300 cuerpos
Según los datos de la Dirección General de Memoria Democrática, los testimonios orales y las investigaciones sitúan a unas 300 víctimas en la fosa del cortijo de El Marrufo, una auténtica matanza en el término municipal de Jerez que tuvo lugar al principio de la contienda civil. Esas 300 víctimas eran todas mujeres y niños autóctonos de la desaparecida aldea de La Sauceda, que fue arrasada al estallar la Guerra Civil y ser tomada la localidad por las fuerzas sublevadas.
La historia de la desparición de la aldea de La Sauceda está vinculada a la de la misma Guerra Civil. Y es que la localidad acabó siendo un destacamento republicano, de los primeros que atacaron las fuerzas rebeldes cuando se produjo el golpe militar que desencadenó la guerra el 18 de julio de 1936. Así lo especifica la ficha técnica de la fosa llamada por la gente local de La Majá de los Muertos: “la aldea La Sauceda fue literalmente exterminada por las fuerzas nacionalistas y desde La Sauceda fueron conducidos los prisioneros hasta el cortijo El Marrufo”. Las mujeres y los niños fueron llevados a El Marrufo, como indica la Dirección General de Memoria Histórica, y los restos mortales de los hombres de La Sauceda fueron depositados en una zanja situada en la actual venta de Puerto Gáliz. Los vecinos del lugar lo conocen como La Majá de los muertos.
Se desconoce con exactitud el número de hombres que hay en ella.
Completan el cuadro de La Sauceda una pequeña fosa, en la que se cree que hay una única víctima. Se cree que ésta se encuentra en las inmediaciones de una antigua choza en ruinas que formaba parte de la aldea.
Más cerca de lo que parece
No son las únicas. Jerez tiene otras tres fosas más que datan del mismo periodo. Y una de ellas se encuentra sorprendentemente cerca del centro histórico de la ciudad, cerca de zonas edificadas y parques. Se trata de lo que fuera el antiguo cementerio de Santo Domingo, concretamente de la zona civil de ese cementerio, en la calle José Cádiz Salvatierra, junto al instituto Padre Luis Coloma. En él descansan los restos de los primeros represaliados de la guerra en la provincia.
Cuando las fuerzas sublevadas tomaron la ciudad, que entonces ya era la más importante de la provincia, su principal objetivo fue hacer una purga política y eliminar a los miembros de la corporación local republicana. Procedieron así a una auténtica ‘limpieza política’, en la que fueron represaliados además destacados sindicalistas y simpatizantes políticos del Jerez del primer tercio del siglo XX.
El relato de los historiados acerca de este pasaje de la historia política contemporánea de Jerez es cuanto menos escalofriante: “en la tarde del sábado 18 de julio de 1936 la corporación municipal frentepopulista se reunió con carácter de urgencia para analizar la situación después de tener noticias de la sublevación en el Protectorado español en Marruecos”, detallan fuentes escritas de la Dirección General de Memoria Democrática. De forma paralela, “se produce una reunión de oficiales en el cuartel de Fernando Primo de Rivera, que liderados por el comandante de caballería Arizón Mejías deciden sumarse al golpe de Estado. Inmediatamente salen del cuartel camiones y coches con militares, falangistas y requetés armados que patrullan por las calles de Jerez ante la pasividad de las fuerzas políticas y sindicales de izquierda y de las autoridades republicanas”.
El ayuntamiento fue tomado por las fuerzas nacionalistas y obligaron al entonces alcalde republicano, Antonio Oliver Villanueva, a entregar el poder legal. Este accedió con la promesa de que no se derramaría sangre. mientras se constituía el nuevo poder local, comenzaron las detenciones, sacas, paseos, torturas y ejecuciones en distintos puntos de la ciudad destacando como lugares de fusilamientos la Plaza de toros, el Alcázar y las tapias del antiguo cementerio de Santo Domingo.
En los años 70, debido al crecimiento de Jerez, los restos del antiguo cementerio de Santo Domingo fueron trasladados al camposanto de La Merced, pero “desconocemos si los restos inhumados en esta zona del cementerio fueron trasladados o no”, informan desde Memoria Democrática, por lo que es muy probable que aquellos restos puedan seguir allí.
Otra de las fosas, muy próxima al núcleo urbano de Jerez, es la que se encuentra en la carreteranacional Jerez-Cartagena, a unos 13 kilómetros de Jerez y a un kilómetro escaso del circuito. Se desconoce con exactitud la ubicación de la fosa, lo que sí que se sabe es que se encuentra en las proximidades de una antigua casa de postas en el camino que iba de Jerez a Arcos de la Frontera, muy cercana a Torremelgarejo y a la finca de la Viña Alcántara.
En esa zanja, los testimonios orales sitúan los restos de 20 personas, identificadas con nombres y apellidos que están a la espera de volver a ver la luz de la justicia. Esos 20 represalidos procedían de la localidad de Algar.
En un barranco de la finca La Jarda, en los Montes de Propio, están los restos de 3 personas más, miembros de una misma familia. Esta es la sexta fosa del límite de Jerez. Se trata de un terreno público que aún no se ha excavado por falta de autorización de la delegación de Medio Ambiente del ayuntamiento, a quien pertenece la potestad de ese terreno.
Tierra de barbarie
La provincia de Cádiz, con un total de 100 fosas, es la tercera en Andalucía, por detrás de Sevilla, con 130, y de Huelva, con 120, con mayor número de zanjas con restos de represaliados de la guerra y el franquismo.
Sus familiares esperan aún justicia, porque, como recuerdan desde la Plataforma por la Memoria Democrática de Jerez, “en otros países que han sufrido conflictos parecidos, se tiene mucho respeto por la Memoria Histórica, por la reparación de las víctimas y por la prohibición de homenajes a dictadores y sus secuaces”. España es de los pocos países que no ha juzgado aún un episodio negro de su historia.
Exhumar las fosas es el paso necesario “para cerrar heridas y hacer justicia a las víctimas”, señala Carlos Vera. “Los que se oponen a desenterrar a las víctimas ponen la excusa de que eso reabre heridas”, critica. “Pero no se puede reabrir lo que nunca se ha cerrado: hay que abrir fosas para cerrar heridas. Es una necesidad”.
El PSOE aplaude la aprobación de la nueva ley
El PSOE de Jerez ha mostrado esta semana su satisfacción por la aprobación de Ley de Memoria Democrática de Andalucía, que establece el régimen jurídico de las iniciativas para el reconocimiento de las víctimas de la Guerra Civil y la Dictadura franquista en la comunidad autónoma, bajo los principios de verdad, justicia y reparación.
A juicio de la Secretaria de Organización, Ainhoa Gil, “se trata de una legislación valiente que reconoce a las víctimas y familiares que durante años han clamado justicia social a pesar de que la derecha se ha empeñado en olvidar este triste periodo de la historia de España”. Cabe recordar que este texto legal ya fue remitido al Parlamento andaluz el pasado año, pero no pudo ser aprobado al agotarse la legislatura.
El proyecto normativo “supera ampliamente la actual legislación estatal y amplia su horizonte temporal al incluir la Segunda República, la Guerra Civil y la Dictadura franquista además de la Transición a la democracia hasta la entrada en vigor del Estatuto de Autonomía”, aseguró Gil. Así se reconoce a los damnificados desde el 14 de abril de 1931 hasta el 11 de enero de 1982.
Para los socialistas jerezanos “gracias a esta norma el Gobierno de Susana Díaz cumple su compromiso con el Parlamento, las asociaciones memorialistas y las víctimas” y que desde ahora se abre un periodo de consenso con todos los grupos parlamentarios “con el objetivo de reconocer la deuda con los luchadores por la libertad y la democracia en Andalucía y de forma concreta en Jerez”. Entre otras novedades, la ley ampliará la consideración de víctima a colectivos como los familiares o los niños robados; y reforzará el régimen de protección legal de los espacios.