El Xerez Club Deportivo es el equipo del caos. La situación en la que está terminando esta campaña es dantesca, hasta tal punto que a lo largo de la semana hubo problemas para pagar el del desplazamiento a Alcorcón y durante la semana se habló de que no había dinero ni para tiritas. Hasta ahí está llegando una tormenta que amenaza con arrasar sesenta años de historia. Los jugadores ya ni preguntan y comienzan a asumir, como declaraba en sala de prensa Íñigo Vélez, que no van a cobrar del club y que “vivo porque he jugado al fútbol, he ganado dinero, tengo ahorros y voy tirando de ellos”, decía.
En estos momentos para finalizar la liga y comenzar al próxima se necesita un millón de euros para pagar a Hacienda, lo que se debe y lo que hay que abonar en agosto, y otro millón o millón y medio más para el pago a los futbolistas, amén de lo que hay que ir pagando a Seguridad Social, por lo que se habla de un monto entre dos millones y medio o tres millones. Una auténtica barbaridad cuando ya no hay ingresos de tipo alguno y la negociación con Hacienda pasa, como ya expusimos la semana pasada, solo y exclusivamente por pagar con dinero y al contado.
En medio de esta crisis galopante se encuentra el asunto del trasvase de acciones. Joaquín Morales no se apea del documento que Oscar Arredondo rectificó del inicialmente presentado por Millán y Vacas. Y Mateos se encuentra en un callejón sin salida. La Plataforma no se va a sentar con él ni siquiera para tomar café, por razones obvias. Y Morales no da su brazo a torcer. La única alternativa que le queda es la dimisión y dejar que sea Morales quien mueva las piezas de una partida de ajedrez que parece condenada al jaque mate. De ahí que su adiós parece inminente y lo dará a conocer posiblemente en el transcurso de un Consejo de Administración en el que pedirá la disolución de la entidad, para salvaguardarse de responsabilidades solidarias posteriores, al que seguirá una rueda de prensa, en la que anunciará la medida a tomar e, igualmente, analizará la cruda realidad de los números. Unos números que expuso, por cierto, con total claridad el accionista minoritario Ramón Molina el pasado lunes en el programa La Prórroga de Ondaluz Jerez. No se sabe si finalmente el lunes o el martes habrá consejero, pero Mateos ya lo ha pedido y si no se celebra, porque al grupo de Morales no le interesa, Mateos presentará su dimisión y el escrito de petición de disolución en el juzgado de lo mercantil, con lo que se salvaría de ulteriores responsabilidades.
Mientras tanto, los desatinos habidos en anteriores gobiernos xerecistas siguen cobrándose víctimas y dos inmueble del ex consejero y ex presidente Carlos Osma salieron a pública subasta y ya no son de su propiedad,. Se trata de un piso en Rota y un garaje. Osma, por cierto, estará en el programa La Prórroga de Ondaluz Jerez junto al accionista minoritario Francisco Franco y al que fuese durante años asesor laboral del club y delegado de campo, José Manuel Calvo Ibáñez.
Así están las cosas en un club que se desangra y cuyo futuro no se atisba, aunque parece claro que el mismo puede pasar por una negociación entre Morales y el grupo Energy que, a priori, quiere estar presente como máximo accionista en la junta general del próximo día 14 de mayo, a fin de que se pueda nombrar el nuevo consejo de administración y puedan comenzar unas maniobras que, por todo lo expuesto, no van a estar exentas de dificultades, porque aquí más que gestionar, más que hablar, más que programar, lo que hace falta es liquidez económica y hacer una ampliación de capital en condiciones y no de mete y saca.