El saqueo de promociones de viviendas vacías y prácticamente a estrenar cuyas promotoras se estrellaron por la crisis o sus aspirantes a propietarios vieron bloqueadas sus opciones por la falta de crédito de los bancos se ha incrementado en un 100% en los últimos dos años. Hace algunos números, Información Jerez avanzó el caso de las veinte viviendas de la calle Manuel Padre Fernández, en el entorno de Picadueña, en las que los vándalos acampan a sus anchas llevándose los cables de la cometida eléctrica, las tuberías, el aluminio y todo el material que es susceptible de reventa a plena luz del día y sin importante los destrozos que tienen que hacer para cumplir su cometido. Los propios comercios y vecinos de la zona, cansados de llamar a la Policía, denunciaban estar hastiados de esta situación y la inseguridad que supone este trasiego de personas que utilizan este punto como zona para pernoctar siempre que se les antoja.
El problema es que este caso no es aislado y como estas casas hay otras en Jerez repartidas indistintamente por toda ciudad en una problemática que se acrecienta de por día. Así, según el último informe que ha realizado Iniciativa Progresista Jerezana, IPJ, tras consultar con los vecinos de las promociones, el problema de Manuel Padre Fernández se repite en otras 20 y 30 viviendas de la calle Asta, en la calle Justicia, donde además están ocupadas, así como en la Ronda del Caracol, donde están desvalijando otra promoción de bloques de 50 casas y en la calle Campillo, en el entorno de la Yedra, donde también han arrasado con buena parte de las ventanas y el cableado eléctrico.
Estos son los casos que les consta a este partido, pero no descartan que la cifra real sea todavía superior. Ante esta situación desde esta formación han instado al Gobierno local a realizar un estudio de estas promociones para firmar un convenio con bancos y promotoras propietarias y alquilarlas en régimen de alquiler social mientras dure la crisis económica.
Atados de pies y manos
Sin embargo, como indican agentes inmobiliarios consultados por este periódico, por mucho que quieran los bancos, que en la práctica tienen en propiedad la mayoría de estos inmuebles, bien porque la promotora ha desaparecido, o se la ha entregado directamente, no puede hacer nada para velar por estos pisos, ya que por muy mínima actuación que se trate, como tapiar los accesos, estarían infringiendo la ley, puesto que es el juzgado el que tiene que dictaminar su posesión y otorgarles las llaves para ser legítimos propietarios. Se encuentran atados de pies y manos ante una situación que viven “con mucha preocupación” , ya que aún intentándolo por todos los medios, no pueden actuar físicamente sobre ellos y una vez que las tienen en posesión se tienen que gastar el doble para reparar los desperfectos.
Son los propietarios pero no la tienen en posesión, es decir, no tienen la llave, y por tanto hasta que el juzgado no lo dictamine no pueden actuar pese a ser testigos de las “atrocidades” que se estén realizando que aprovechan el periodo de seis meses a año y medio, tiempo estimado en el que el juzgado resuelve este trámite, para desvalijar los inmuebles. Se trata de un “limbo legal”, como así lo definen, que está perjudicando a todos, a excepción de los que las están saqueando sin ningún tipo de prisa, ya que mientras hay familias que están perdiendo su casa cada día, estas viviendas sobre las que un día sus aspirantes a propietarios plantearon su futuro se quedan en medio de la nada. “No pueden ni apremiar al juzgado ni poner un solo ladrillo. De hacerlo, señalan fuentes del sector inmobiliario, estaría cometiendo un delito porque está actuando sobre un inmueble del que no tienen la posesión. Por tanto, el Ayuntamiento tiene poco que hacer en esta parcela.
No es un problema de zonas
El problema es que a estas promociones abandonadas, hay que sumar las que están sin vender en urbanizaciones de nueva construcción repartidas por todos los puntos de Jerez. Según los datos aportados por el partido de Antonio Conde, en la calle Pizarro, casi la mitad las más de 100 viviendas promovidas por el Grupo Q están sin vender. En la misma zona, tampoco el 50% de una promoción de 60 viviendas se ha vendido, al igual que el 20% de otra promoción de Citi 10 en calle Muro. También en Ermita de Guía hay más de la mitad de las casas de la promoción de la primera fase vacías.
Pero esto es sólo la zona centro. En la sur, el esquema es prácticamente idéntico al descrito en las líneas anteriores. El 40% de las unifamiliares de Residencial Santa Ana está sin vender, al igual que ocurre en el 60% de los bloques de pisos de las 100 viviendas de Janamar. Una situación que se repite incluso para una extensa promoción de 128 viviendas protegidas en régimen de alquiler, al igual que en el residencial Calipso, donde hay este mismo porcentaje de viviendas vacías.
El edificio Ramón y Cajal , en Los Villares-Montealto, las calles costa del Sol y Costa Branca (Jardines de Montealto), calle Luis Bautista de la Salle, en el entorno de Palos Blancos y la lista sigue. Da igual la zona para describir la oferta de viviendas vacías que ha “bloqueado” la crisis por una u otras circunstancias.
Primero rompen alguna puerta y, si vuelven y no está reparada, la desvalijan
Las personas responsables de estos “saqueos” aprovechan la “nula vigilancia” para llevarse todo lo que pueden vender como ventanas, cableado eléctrico, tuberías, sanitarios, puertas, rejas, etc. Lo peor de todo, es que además de este agravio no les importa llevarse por delante todos los obstáculos que les molesten en su cometido, provocando destrozos por donde pasan, dándose la circunstancia de que al final resulta todavía más caro el arreglo de estos desperfectos que el valor de lo que se han llevado. El modus operandi es casi siempre el mismo: primero rompen algunas de las puertas realizando un acceso a las mismas para echar una primera vista general y ver si la vivienda en concreto tiene “botín” susceptible de venta. Después de un periodo de tiempo y tras observar que no se ha reparado acceden a ellas y las desvalijan completamente. Desde IPJ aseguran que tras realizar un análisis han observado similitudes en las dos promociones saqueadas en la calle Manuel Padre Fernández y Asta en tanto que las dos son promociones de entre 20 a 30 viviendas, que aunque están dotadas de puertas y rejas metálicas no tienen guardas. De nada sirve que los vecinos, como ha ocurrido recientemente en las casas del entorno de La Yedra, den parte a la Policía Local. Si no es un día, regresarán al siguiente habida cuenta de estas viviendas están abandonadas a su suerte y, en la mayoría de los casos, es el juzgado el que tiene que resolver su posesión.