Los festivales de verano son el sustento económico de muchos artistas y el mejor diagnóstico de cómo está la situación en el flamenco según la época. No sería conveniente tomar como único factor de análisis de la realidad estos encuentros ya que son más fidedignos cuando se habla del cante, esto es, no se podría valorar qué bailaor o bailaora está en su mejor momento solo por las veces en las que aparecen en los carteles estivales.
Esto no implica, el hecho de tener presencia en dichos carteles,que cante mejor o menos bien porque eso es cuestión de gustos y además hay quienes cantando con una calidad incuestionable prefieren otros circuitos o simplemente, por h o por b, los que organizan los festivales no cuentan con ellos. Ni que decir tiene que el asunto de cachés también interviene en la más o menos presencia de distintos nombres que, por su alta consideración contractual, aparecen cada vez menos.
Lo que está claro es que a lo largo de la historia los artistas que más fama y éxitos han tenido, los que han pasado al apartado de eternos, han figurado en esos míticos carteles en la mayoría de ocasiones. Uno que ha roto esta temporada su propio récord es Ezequiel Benítez, cantaor jerezano que tras su periplo aperturista y conquistador con Quimeras del Tiempo, trilogía aplaudida por el público y la crítica, y la suma de Dukkha como colofón a su renacimiento artístico, ha consolidado su figura como reclamo en citas de toda España.
Artistas como Antonio Reyes, Jesús Méndez, Rancapino Chico, Pedro El Granaíno o María Terremoto se han hecho fuertes en los últimos años y parece que nadie los desplaza del escalafón. Méritos no les faltan a estos cantaores que por donde van levantan a los públicos. María, por su embarazo, dejará un tercio de la temporada de verano sin realizar. Israel Fernández ya apuesta por otros escenarios. En el baile, Farruquito ha vuelto a los festivales con firmeza, adaptando su repertorio y registro a las condiciones. Este año, por citar algunos escenarios, ha estado en la Noche Blanca de Córdoba, en El Potaje de Utrera, en la Caracolá de Lebrija, el Gazpacho de Morón, enAlmería, estará en Cádiz, en Starlite de Marbella, en Flamenco On Fire…
Ezequiel, que prefiere no contar cuántos festivales hará este año pero que en alguna semana ha cantado hasta en cinco ocasiones, asegura que “ahora es cuando estoy recogiendo los frutos de muchos años de esfuerzo. Hemos trabajado mucho para llegar hasta aquí y no tengo si quiera palabras para definir esto que me está pasando”. Alguna de las claves para llegar hasta aquí son: “pensar lo que el público quiere, no ofrecerle lo que no me gustaría que me ofrecieran a mí, cuidar el repertorio, no repetir en cada festival los mismos cantes ni letras, cuidarse mucho la voz para estar al cien por cien…”. Además, Benítez destaca que “estoy eligiendo los festivales y son de gran prestigio, por lo que no es cuestión de estemos en los carteles a base de todo. Cuidamos mucho los detalles”.
Dice el cantaor que “no quiero pensar que esto es un tren pasajero, que es una cuestión de moda que hay que aprovechar”, no es por tanto una canción de verano, “porque creo en mi música y sé que haciendo las cosas bien finalmente se tiene una buena recompensa. No imaginé nunca que en los festivales me esperaran para decirme tantas cosas bonitas, mucha gente viene a verme e incluso no son amantes del flamenco pero les gusta lo que hago. En fin, que estoy disfrutando muchísimo y estoy seguro que este momento está marcando mi carrera”.
Es importante resaltar la guitarra de Paco León, “él me da a mí una confianza total y me conoce tanto que sabe dónde darme para emocionarme, así me hace sacar lo mejor y consigo transmitir al público, que es de lo que se trata. También mis palmas, Tate Núñez y Naím Real, que no me fallan. Y sobre todo tengo que mencionar a Mari Ángeles, mi mujer, que se encarga de que todo vaya bien, de que todo esté previsto para que nosotros solo tengamos que actuar. Me prepara infusiones, controla la hora de las salidas, si hay que dormir o no fuera… sin ella esto no sería posible”.
