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El cuarto acusado en el crimen de Puente será juzgado en junio

La Policía Judicial arrestó a este individuo tiempo después que a los tres adolescentes ya juzgados

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  • La indignación por el crimen provocó que cientos de ciudadanos se echasen a la calle y provocasen incidentes. -
  • Habría animado a los autores materiales, todos ellos menores, a robar a Tomás Márquez
El crimen cometido por tres menores de edad el 18 de diciembre de 2007 aún no está resuelto en su totalidad. Tras la condena a penas de entre siete y nueve años de internamiento en centros especializados al autor material y los dos colaboradores necesarios del delito, le tocará el turno, el próximo 8 de junio, al cuarto en discordia, el adulto que, se cree, pudo inducir a los principales acusados a cometer tan terrible asesinato.

El único de los implicados que era mayor de edad fue detenido, según indicaron fuentes de la Guardia Civil, tiempo después de que los tres menores fueran identificados y arrestados, con base en las declaraciones y testimonios efectuados por los principales protagonistas.

Según pudo saber este diario, el ahora imputado habría comentado a los menores el modo en que había perpetrado el atraco del propio bar Las Palmeras, días antes, sustrayendo una cantidad que oscilaría entre los 6.000 y los 7.000 euros, y amenazando al que a la postre se convertiría en la víctima, Tomás Márquez, con un objeto contundente.

Según fuentes judiciales, la Sección VII de la Audiencia Provincial fijó la fecha para el juicio hace poco menos de una semana. El proceso tendrá lugar, por tanto, dos años y seis meses después de la agresión mortal al propietario del bar Las Palmeras, y año y medio después de las condenas a los tres menores que perpetraron el robo.

Vecinos asesinos
La detención de los menores se produjo el día después de los hechos, miércoles 19 de diciembre de 2007. Todos ellos eran vecinos de Puente Mayorga. Las diligencias fueron enviadas al Juzgado número 2 de San Roque, e inmediatamente, la jueza decretó que dos de ellos fueran trasladados al Centro de Menores La Marchenilla, de Algeciras, mientras que el tercero, al que condenaron a nueve años como autor material, recaló en un primer momento en otro centro de menores ubicado en Córdoba.

Según se consideró probado durante el juicio en la sala de Menores de Algeciras, tras haber sido inducidos a cometer el robo por el ahora acusado, los tres menores acordaron la forma en que iban a perpetrar el delito. Cuando abordaron a su víctima, Tomás Márquez, éste se encontraba cerrando el bar. Una persona le aborda, pidiéndole tabaco, y posteriormente le reclama la recaudación del día.

El dueño del establecimiento niega tener dinero en la caja, e inmediatamente después, el jovencísimo asesino saca una navaja y asesta una puñalada al vecino de Puente Mayorga, hiriéndolo de gravedad. A pesar del daño que le produjo esta primera puñalada, Tomás Márquez se las ingenió para alejarse del agresor. Sin embargo, le dieron caza finalmente y le asestaron varias puñaladas más, dejándolo en el suelo y sangrando.

Los otros dos menores de edad implicados en el caso asistieron a los eventos sin hacer nada por evitarlos, y desaparecieron del lugar para intentar, después, ocultar el arma homicida.

Los menores huyeron del lugar dejando inconsciente a su víctima. Un vecino alertó a las autoridades, y posteriormente la Guardia Civil dio aviso a los servicios sanitarios, que llevaron, aún con vida, a Márquez al hospital.

Sin embargo, en la mañana del miércoles, el maltrecho cuerpo del propietario del bar no logró superar las heridas y falleció. La investigación que comenzó después fue rápida y eficaz, dado que el mismo día del fallecimiento de Márquez, se localizó a los autores. La colaboración ciudadana resultó fundamental para esclarecer el suceso.

Además, los agentes de la Policía Judicial procedieron ese mismo viernes al registro del domicilio de los detenidos, donde encontraron ropa de los jóvenes con restos de sangre. Enviadas las prendas ensangrentadas encontradas al laboratorio central de Criminalística se efectuó la preceptiva prueba del ADN.

Tomás Márquez estaba casado, tenía dos hijos y era una persona muy querida por todos los vecinos de Puente Mayorga.

Indignación ciudadana
Nada más conocerse el asesinato de Tomás Márquez, se produjo de manera espontánea una reacción ciudadana sin precedentes, que recogió la indignación y pesar de unos vecinos que llevaban reclamando más presencia policial desde hacía mucho tiempo por la frecuencia en que se producían robos y actos vandálicos en la zona.

No obstante, en aquellos días no se tenía constancia de la participación de los implicados en anteriores actos delictivos.

Durante esa manifestación ciudadana, los vecinos destrozaron a golpe de picos y palas el retén de la jefatura de la Policía Local. Muchos de los sublevados eran dueños de locales de la zona.

Agentes antidisturbios tuvieron que acudir para dispersar a la multitud.

Ante la situación de alarma que se creó, una delegación municipal, la cual estaba encabezada por el entonces alcalde accidental José Antonio Ledesma, y en la que también estaban el socialista Juan Carlos Ruiz Boix, entonces concejal de la zona de la Bahía; el edil de Seguridad Manuel Melero, y la concejala de la barriada Marina García, acudió a calmar los ánimos. Ledesma tuvo que ser protegido por las fuerzas de seguridad tras ser abucheado por los vecinos.

A consecuencia de la muerte de Márquez, casado, con dos hijos y muy querido en el pueblo, se decretaron dos días de luto oficial. Una patrulla se quedó, de forma permanente, en la barriada, durante las fechas posteriores. El entonces portavoz del PP y ahora alcalde, Fernando Palma, se comprometía a “colaborar para acabar con la inseguridad”, y recordó que el edil Melero acababa de entrar “en una situación desfavorable”, por lo que no se le podía culpar.

Antecedentes

En esas mismas fechas, la Guardia Civil detenía a dos jóvenes acusados por sendas agresiones y robos en locales de la localidad. En uno de ellos, el ladrón, A.D.P., de 30 años, abordaba también al propietario de un bar cuando iba a cerrar. El entonces detenido atacó con gas lacrimógeno al propietario, volvió a meterlo en el establecimiento, obligándole a abrir la caja registradora y cogiendo 200 euros. En el otro caso, se detuvo a J.M.D.Q., de 20 años, por agredir a otro joven para robarle el móvil.

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