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Jaén

Tiritas por el dolor vecinal ante el cierre del Raudal

Las tiritas sobre la reja que mantiene cerrado el Raudal de La Magdalena denuncian la basura, suciedad e innacción en el monumento

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  • En el Raudal. -

El Raudal de la Magdalena, cerrado pocos meses después de su inauguración en el año 2009, se ha convertido en el reflejo del ‘dolor’ vecinal por mantener cerradas unas instalaciones que fueron recuperadas para atraer turismo al conjunto histórico y rescatar el patrimonio monumental de la zona.

Ahora, sobre su verja, al único y enorme candado que la mantiene cerrada se unen tiritas pegadas por vecinos, especialmente niños, que han manifestado su ‘dolor’ por no poder disfrutar de un monumento que habla de Jaén, una capital históricamente ligada a la fuente de la Magdalena y a su posterior raudal.

Un total de 16 tiritas cubren la puerta del Raudal y en ellas hay mensajes, numerosos con letra de niño. Entre otros, se pueden leer textos que denuncian el estado de abandono, que piden que no se vierta basura y que reclaman su recuperación. ‘Basura’ y ‘Suciedad’ son los términos que más se repiten. En definitiva, son 16 peticiones con las que se intenta curar el malestar vecinal por la inacción de la administración local, que aún no ha permitido que el Raudal pueda visitarse.

Sus aguas contienen basura por el estancamiento de las mismas y asomarse para ver su interior sólo sirve para imaginar lo que pudo ser y no es. El monumento fue musealizado y dotado de iluminación artística, poniendo en valor la importancia del agua y de esta fuente para el nacimiento y crecimiento de la ciudad.

Puede decirse que esta fuente de agua es el origen del asentamiento nacido bajo el cerro de Santa Catalina. Según los numerosos trabajos publicados sobre ella, la fuente y buena parte del raudal ya estaba en servicio en el siglo I.

De hecho, el Museo Provincial de Jaén alberga esculturas romanas halladas en su interior. Con el paso de los siglos fue mencionada por cronistas musulmanes y durante toda la Edad Media, como una seña de identidad de los jienenses, que se sentían orgullosos de ella.

Incluso algunos reyes, en sus visitas a la ciudad, tenían como cita obligada la fuente de la Magdalena, hermosamente decorada incluso con frescos que aludían a la célebre leyenda del Lagarto.
Ahora se encuentra en estado crítico y su salud requiere de tiritas que curen las heridas por su cierre.

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