Unos 200 ganaderos de Jaén, pero también de otras provincias andaluzas, se manifestaron ayer por las calles de Jaén para exigir de la Junta de Andalucía y del Ministerio de Agricultura un plan coordinado para atajar el virus de la lengua azul. La marcha, convocada por la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), transcurrió desde la Delegación territorial de Agricultura hasta la Subdelegación del Gobierno y ocasionó numerosos problemas circulatorios por el centro de la capital.
El virus de la lengua azul no sólo se está cebando con la cabaña ganadera andaluza, sino que está amenazando la inmovilización de miles de cabezas transhumantes de ovino y caprino que pastan en los montes de la comunidad. “Los ganaderos transhumantes no podemos movernos, el riesgo de contagio es muy grande”, indicó José Antonio Torres, que pasta con su ganado en la Sierra Morena jiennense y que ya ha tenido 60 bajas.
Los ganaderos reclaman tanto a la Junta de Andalucía como al Ministerio de Agricultura un plan coordinado de vacunación ya para evitar un nuevo brote de la fiebre catarral ovina en primavera y una línea de ayudas directas que permita cubrir las pérdidas económicas causadas por las muertes, los abortos y otras secuelas, al igual que se hizo en el año 2008.
Aunque la Junta adquirió dos millones de dosis de vacunas para combatir el serotipo 1, los ganaderos reclaman vacunas contra el serotipo 4, que está afectando con cierta virulencia a las explotaciones de ovino y caprino de Jaén, Córdoba y Sevilla. “Los daños en las explotaciones ganaderas donde ha entrado la lengua azul son muy importantes, con una mortandad que alcanza el 10% y un incremento de los abortos de otro 10%, además de otros estragos económicos como la depreciación del ganado en una época, la navideña, clave para las ventas”, denunció Agustín Rodríguez, secretario general de UPA-A. Y añadió: “No puede haber excusa de recorte presupuestario en un tema tan delicado que tiraría por tierra el esfuerzo de décadas en un sector muy golpeado”.
