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Jaén

Iuventa recupera la figura del judío jienense Hasday ibn Shaprut

El doctor en Filología Sefardí Salvador Santa ofreció una conferencia sobre el jienense más ilustre de la historia del capital del Santo Reino

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  • A la izqda. Salvador Santa. -

Jaén fue tierra judía y su historia se escribió con el nacimiento del que se ha convertido en el  “el jienense más ilustre en la historia de la capital del Santo Reino”, el judío Hasday ibn Shaprut, que ayer volvió a ser actualidad gracias a las XI Jornadas de la Interculturalidad que celebra la Asociación Cultural Iuventa, presidida por Rafael Cámara.

Ayer se celebró una conferencia a cargo del doctor en Filología Sefardí Salvador Santa, que llenó el salón de actos del IMEFE con una charla sobre este 'personaje' del siglo X,  época de máximo esplendor en al-Andalus, del que destacó sus relaciones con la diplomacia y su faceta como médico.
Hasday ibn Shaprut nació en Jaén hacia 915 en el seno de una rica familia aristocrática. Tal como era costumbre recibió una esmerada educación en Jaén. Su padre Yishaq se trasladó con su familia a Córdoba, atraído por la corte del Emir Omeya. En esta ciudad Hasday completó sus estudios de la ciencia del Talmud y se especializó en Medicina. Desde joven, sintió atracción por los idiomas, aprendió el árabe, latín y romance, además del hebreo. “Nunca olvidó sus raíces jienenses, ya que sus cartas las firmaba como 'Al-Jianí' (el jienense)”, recordó Salvador Santa.

Siendo ya un renombrado médico, elaboró un fármaco como antídoto contra el veneno, que llamó al-Faruk. Se trató de la primera panacea universal. Esta gran noticia llegó pronto a oídos del califa quien lo mandó llamar. Fue así cómo Hasday entró a formar parte de la corte del califa Abd ar-Rahman III, apodado an-Nasí (el Victorioso).

No sólo se convirtió en su médico particular sino que le confió el control de la aduana y las cuotas de buques en el puerto de Córdoba. Esta partida de los impuestos se convirtió en una gran fuente de ingresos en las arcas de los Omeya.  

Las referencias históricas de este judío, que según Santa “sigue siendo el personaje más desconocido de la Edad Media”, se deben a las cartas manuscritas que se conservan y que ayer se presentaron con unos paneles con fotografías de algunas de las cartas que Hasday ibn Shaprut encargó a su secretaría literaria y que quedaron ubicados en el patio del  IMEFE, solar del primitivo palacio de los Torres de Navarra.

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