El proyecto de construcción del aeropuerto Cristóbal Colón en la provincia de Huelva, nacido la pasada década de la mano de la Diputación Provincial y la Cámara de Comercio, está renaciendo. Responsables de la sociedad promotora, en la que el empresario turístico onubense Alfredo González (propietario de los dos hoteles Barceló de Punta Umbría) es el socio mayoritario, están recabando en los últimos meses el respaldo de difentes sectores para hacer más amplia la base de apoyo a esta iniciativa. Cuando nació en 2004, el objetivo casi único era aumentar el flujo de turistas.
Ahora, una vez que el turismo está registrando récords año tras año, es el sector fresero el que se suma a la misma. Alberto Garrocho, presidente de la patronal Freshuelva, ha desvelado que ha mantenido "contactos" y "reuniones" con impulsores del proyecto ya que sería una forma de "abrir mercado" debido al carácter altamente perecedero de los productos que comercializan.
Garrocho ha señalado que, actualmente, la única forma de encontrar nuevos mercados es "con medios de transporte más rápidos", de ahí que un aeropuerto en Huelva "vendría muy bien al sector". De haber inversiones, deben ser de las empresas productoras directamente y no de Freshuelva ya que la asociación, como tal, "no tiene capacidad económica", por lo que serán los empresarios individualmente los que tendrán que "dar el paso".
Garrocho se refería a grandes grupos privados del sector fresero, ya que la inversión estimada para acometer esta infraestructura sería de 85 millones. Hacerla nueva, explica Garrocho en conversación con www.andaluciainformacion.es, evitaría los problemas que genera usar un aeropuerto no adaptado al trasiego de este tipo de mercancía como el de Sevilla, donde ya se realizó sin éxito algún ensayo.
Y ha señalado que, por ejemplo, en Estados Unidos se coloca fresa en Europa a través de aviones y si eso es así, también se puede "introducir desde España hasta Estados Unidos" y ha estimado que con un aeropuerto en la provincia "se podría enviar fresa de Huelva a cualquier punto de Europa en unas seis horas". También señaló a otros mercados nuevos como Asia o Oriente Medio a los que ahora es imposible llegar.
